domingo, 13 de febrero de 2011

Una nueva versión de los Amantes, en un manuscrito de 1848


El historiador turolense Juan José Barragán se encontraba investigando diferentes documentos sobre la historia de Albarracín para su tesis cuando se encontró con una nueva versión de la leyenda de los Amantes que él considera inédita. La historia que se cuenta es similar a la conocida popularmente, aunque el autor aporta algunos datos nuevos.


Barragán ha podido acceder a la copia sacada del original manuscrito en Aguaviva por Valero y Collado, de profesión farmacéutico, en 1910 de La Historia de la Ciudad de Santa María de Albarracín, escrito por Tomás Collado Fernández en 1848, que se encuentra en manos de un particular.

Leyendo este documento se encontró con unas siete páginas que hacen referencia a los Amantes de Teruel, en la parte del libro que habla del siglo XIII.
Collado cuenta, como ya es sabido, que en 1217 mueren Isabel y Diego -o Juan como le llama indistintamente- siendo juez Domingo Celada, hijos de dos familias potentes de Teruel, los Segura y los Marcilla. En 1212 Diego lucha en las Navas de Tolosa con navarros y aragoneses y por eso aparecen las cadenas en el escudo de los Martínez de Marcilla. El plazo que el padre de Isabel le da a Diego para que vuelva es de cinco años. El día que Diego llega a Teruel Isabel se está casando con Don Pedro de Azagra, hermano del señor de Albarracín.

Isabel y Diego se ven en secreto en casa de ella. Él le dice a ella: “Bésame que sin remedio me muero a Dios Segura” (por dios Segura). Diego se muere. En ese momento Azagra se despierta y se encuentra “con el cadáver de Marcilla en la alcoba”. El matrimonio determina “guardar sigilo” y ocultan el hecho y dejan el cuerpo de Diego en la puerta de la casa de su padre.

Al día siguiente, durante el funeral, el autor explica que era habitual que los conocidos hicieran el gesto de acercarse y tocar al muerto y cuando le toca ir a Isabel ven que no se levanta.

Tomás Collado, en su Historia de la Ciudad de Santa María de Albarracín escrita en 1848, en pleno apogeo del Romanticismo, explica por qué hace referencia a la historia de los Amantes de Teruel: “La importancia que la moderna literatura ha dado en nuestros días a un episodio histórico de nuestra patria, me ha impulsado a tocarlo con alguna detención por si acaso mis investigaciones pueden contribuir a suministrar alguna observación que conduzca a su mayor ilustración”.

Collado hace referencia a que es tan conocida como lo es en Italia la de Julieta y Romeo y en Francia la de Eloisa y Abelardo.

Nombra en su manuscrito las fuentes que utiliza. En el caso de las históricas, acude a Esteban Gabarda, a Isidoro de Antillón, a Juan Yagüe de Salázar (Salas), al Semanario Pintoresco, al padre Mariana y a documentación de Albarracín, estas últimas inéditas. Las fuentes literarias son las de Hartzenbusch, Isidoro Villarroya, Suárez, Montalbán y Tirso de Molina.

Para Juan José Barragán, lo interesante de esta versión inédita de Tomás Collado es que “refuerza el hecho histórico sobre el literario, y además realiza una crítica sobre la visión social de la obra de Hartzenbusch, lo que denota la importancia que tuvo este tipo de leyendas para el Romanticismo”. También “aporta algunas fuentes inéditas y una nueva visión sobre el marido de Isabel, además de algunos dichos o frases literales que se pueden considerar como tradicionales, posiblemente heredados de generación en generación de forma oral”, resalta.

Fuente: Diario de Teruel, 13/2/2011

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