miércoles, 30 de junio de 2010

Albarracín guiado por Antonio Giménez




En este video, Antonio Giménez, nos muestra los monumentos y lugares más destacables de Albarracín, muchos de ellos restaurados por la Fundación Santa María de la que es director.

lunes, 28 de junio de 2010

Apertura de la piscina municipal de Noguera


Un año más, el próximo 3 de Julio comienza la temporada 2010 de la piscina de Noguera. Este año, como novedad, la piscina permenecerá abierta a medio día.




 




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sábado, 26 de junio de 2010

Museo Diocesano de la Catedral de Albarracín renovado


El Museo Diocesano de la Catedral Albarracín que contine la Cruz de Noguera, como uno de sus tesoros destacados, ha sido remodelado y ha reabierto recientemente.Es una auténtica joya histórico-artística de lnuestra Comarca que merece la pena visitar. Os dejo con algunos detalles de la remodelación...

Antonio Jiménez, gerente de la Fundación Santamaría de Albarracín, explica en el Tranvía Verde (Aragón Radio 2) todos los detalles de renovación del Museo Diocesano de Albarracín, que ha permanecido cerrado durante un año y reabrió en Marzo de 2010. El centro presenta una remodelación total del espacio y una mejora sustancial de sus instalaciones.

Podcast de la entrevista

 


Sobre el Museo


El Museo diocesano está situado en el Palacio Episcopal de Albarracín tiene su acceso desde la Catedral. Es un museo de gran interés histórico y arquitectónico. En estas estancias se exponen las piezas más significativas del arte sacro, pertenecientes a la Diócesis de Albarracín.

Merecen destacarse la Cruz procesional de Noguera (s. XIV), la más antigua de la Comunidad de Albarracín, una naveta fabricada en cristal de roca con forma de pez, un delicado "porta-paz" renacentista y una bella colección de cálices. También se exponen diversas imágenes, algunas con especial encanto como una Santa Ana con la Virgen y el Niño.

Ubicación y accesos al Museo




Noticias sobre la reapertura del Museo


Heraldo de Aragón
Blog de Michael Villalta

viernes, 25 de junio de 2010

VI Encuentros del Solsticio de Verano en Jabaloyas


Sextos Encuentros del Solsticio de Verano a celebrar el próximo 26 de junio en la localidad de Jabaloyas...



PROGRAMA

19,00 h.- Juegos tradicionales (La Calva, Tiro de Soga, Lanzamiento de Albarca...).
21,30 h.- Cena de socios (bocata de jamón).
23,00 h.- “Cuentos animados: Las Brujas de Jabaloyas” Representación teatral a cargo de Teatro Albishara. A continuación, Aquelarre con Queimada y Fuegos Artificiales.
00,30 h.- Concierto Folk de “Astí Queda Ixo” en el Granero.

Después Fiesta Hechicera con la discomóvil de Pumuky desde el Baronchely Teruel)en el Granero con brebajes encantados y dances del Demonio.

jueves, 24 de junio de 2010

Ermita del Santo Cristo de la Vega de Albarracín

Ermita Santo Cristo de la Vega
Posiblemente la ermita de mayor valor histórico artístico de la Comarca y una de las más singulares y bellas.

Se trata de una ermita barroca del s. XVII a XVIII ubicada en la vega del río Guadalaviar que da apelativo a su advocación y junto al antiguo convento de los dominicos. Cuando fue construida era una ermita de ámbito rural situada extramuros de Albarracín. Actualmente está incorporada en el nuevo barrio del Arrabal que acoge gran parte de la población albarracinense.

Está formada por una única nave con bóvedas de crucería estrellada y tres tramos con bóveda vaída, cúpula con linterna y cabecera poligonal con falsos nervios. En el exterior, portada cobijada bajo arco de medio punto. La entrada es a su vez un arco de medio punto de gran dovelaje. Destaca la linterna octogonal de ladrillo sobre un conjunto de mampostería y sillares de rodeno en las esquinas. (1)

En el interior alberga una talla Cristo de la Vega del s. XIX, una capilla de la virgen del Carmen con talla del s. XIX y un valioso Vía Crucis todos elllo restaurado recientemente.

El día 14 de Septiembre durante las fiestas patronales de Albarracín se celebra una romería en honor del Santo Cristo de la Vega, patrón de Albarracín y la Virgen del Carmen, también patrona local.

Galería de imágenes


Fachadas

Pórtico

3 tramos de bóvedas vaídas de crucería estrellada y cúpula con linterna

Campanario


Coro, púlpito y capilla de la virgen del Carmen


Vista interior


Altar


Vía Crucis


Post relacionados en esta Web



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miércoles, 23 de junio de 2010

Recopilatorio fotográfico del blog serrano Fragments of Freedom


Drakis es un bloguero de Griegos especializado en fotografía y videos de naturaleza. En su blog, Fragments of Freedom, lleva 5 años mostrándonos excelentes reportajes de flora, fauna, geología y paisajes de la Sierra de Albarracín y otros lugares que visita.  Recientemente, Drakis ha decidido hacer un pausa de publicaciones y ha colgado unos videos resumen de su blog que vale la pena ver. A continuación os incluyo el dedicado a paisajes como botón de muestra y reconocimiento a su talento y trabajo de divulgación de esta Sierra.







Ver más videos en el blog Fragments of Freedom pulsando aquí.

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Enhorabuena y gracias por tu trabajo, Drakis. Te esperaremos.

domingo, 20 de junio de 2010

Fiesta de la Comunidad y de la Comarca de Albarracín

El día 26 de Junio de 2010 tendrá lugar la 29ª edición de la Fiesta de la Comunidad de Albarracín y de de la Fiesta de la Comarca Sierra de Albarracín que se celebrarán conjuntamente por tercera vez. Este año tendrá lugar en el paraje de la Fuente del Canto de Bronchales.

La fiesta, además de la tradicional comida popular y animación de juegos infantiles, cuenta este año con un programa de actos culturales que incluye una misa baturra cantada por la rondalla Aires de Sierra Alta de Noguera y un certamen de pintura rápida como elementos destacados. Por la noche, la fiesta continuará con baile animado por orquesta en Bronchales.



sábado, 19 de junio de 2010

Ha tenido lugar en Jabaloyas la I Jornada sobre la Brujería.

Los aquelarres no existieron como tales, son producto del deseo de demonizar la brujería”. Así de contundente se muestra la doctora en historia Lucía Pérez, quien no obstante reconoce que sí pudieron haber reuniones de brujas, “pero no con el carácter fantástico que se les ha dado”. La especialista, que es profesora del centro de la Uned en Teruel, ofreció ayer en Jabaloyas una ponencia titulada Topografía del aquelarre aragonés dentro de la I Jornada sobre la Brujería.


Jabaloyas, conocido como “pueblo de las brujas”, ha sido el lugar elegido por la Uned Teruel para celebrar las primeras jornadas sobre la brujería. Para ello, se ha abordado el tema desde distintas disciplinas como la historia, la antropología, el derecho, la botánica, el cine o la música. Desde ayer y hasta mañana sábado, una veintena de investigadores asistirán a las sesiones, que se desarrollan en el salón de plenos del Ayuntamiento. Además de los participantes inscritos, a las ponencias asistieron ayer como oyentes numerosos vecinos del municipio.

Entre los lugares donde, supuestamente, se reunían las brujas para realizar sus conjuros, Lucía Pérez citó la Laguna de Gallocanta; la zona de Las Tolochas, en el Bajo Aragón; algunas cuevas de Cantavieja o el propio monte Jabalón, en la localidad de Jabaloyas.

Un denominador común de todos estos lugares es, como recordó la experta en su intervención, que en ellos hay restos de culturas anteriores. “Las religiones antiguas son las que están en el sustrato de esas creencias que luego la religión cristiana quiere arrancar”, matizó.

De todas formas, para la investigadora, la participación de las brujas en estas concentraciones pudo ser irreal y deberse al empleo de sustancias tóxicas: “Es posible que las mujeres creyeran que estaban en la reunión después de untarse ungüentos alucinógenos”.

El director de la Uned en Teruel, Francisco Lázaro, hizo una valoración muy positiva de la participación en las jornadas, que ha superado con creces las espectativas iniciales de la organización. También el alcalde de Jabaloyas, Antonio Sánchez, se mostró encantado con el interés despertado por el tema tanto entre los estudiosos como entre los propios vecinos.

Fuente: Diario de Teruel



FOLLETO DE LA ACTIVIDAD


domingo, 13 de junio de 2010

Museo de Albarracín


El Museo de Albarracín está instalado en el antiguo hospital, edificio de 1789 cuidadosamente restaurado por la Fundación Santa María de Albarracín para acoger las dependencias museísticas. Mientras que la planta de acceso está dedicada a la organización de exposiciones temporales, la exposición permanente presenta principalmente fondos que corresponden principalmente a los materiales aparecidos en las excavaciones arqueológicas de Albarracín, formando una colección que abarca desde la prehistoria hasta el mundo medieval musulmán y cristiano. Destacan las piezas procedentes de la excavación del Castillo de la ciudad, que acercan al visitante al mundo musulmán, especialmente al Albarracín islámico. Además se pueden observar restos de cerámica del siglo XI u otros útiles domésticos, de tocador y quirúrgicos; el Fuero de la Ciudad del siglo XIII y su estandarte del siglo XV.




Más información:
FUNDACION SANTA MARIA DE ALBARRACIN
VISITA VIRTUAL DEL MUSEO


DIRECCION
C/ de San Juan en al antiguo hospital, Albarracín.
Horarios
Verano: de 10:30 a 14:00 h y de 17:00 a 20:00 h.
Invierno: llamar antes de ir
Tel: 978 704 035

Ubicación y como llegar:
ENLACE A GOOGLE MAPS

GALERÍA DE IMÁGENES







Asignaciones a la Comarca Sierra de Albarracín del Fondo de Inversiones de Teruel 2010 (FITE 2010)

La comisión de seguimiento del Fondo de Inversiones de Teruel (FITE) dio el visto bueno el pasado día 31 de mayo en Teruel a la asignación económica de los proyectos que serán financiados esta anualidad 2010, a partes iguales por el Gobierno de España y el Gobierno de Aragón, que implica mantener el ritmo inversor de los ultimos años a pesar de los recortes presupuestarios generalizados en la Administraciones Públicas.. (Ver noticia en Aragondigital)

Michel Villalta, consejero de la Comarca, especifica el reparto en Participación Ciudadana On-line así:
En lo que concierne a la Comarca de la Sierra de Albarracín, son varias las iniciativas y proyectos que se desarrollarán en nuestra delimitación comarcal y supondrán una inversión media de 1.115.000 euros (el 1,86% del FITE):

En el apartado de infraestructuras para la implantación de empresas, señalar que la Comunidad de Albarracín dispondrá de 240.000 euros para continuar con el diseño del Parque Faunístico de Tramacastilla. El Ayuntamiento de Albarracín, a su vez, recibirá 150.000 euros para acometer el acondicionamiento del aparcamiento e iluminación y, por último, al de Jabaloyas le corresponderán 60.000 euros que invertirá en la Casa de los Diezmos y Lonja.

Y, finalmente, para la puesta en valor del patrimonio cultural y ambiental se destinarán 300.000 euros a la Fundación Santa María de Albarracín, otros 300.000 euros para la Fundación de Desarrollo de la Comunidad de Albarracín (restauración de la antígua harinera de Torres para viviendas) y, por último, 100.000 euros para la Fundación Oroibérico.
Felicitamos a todos los proyectos que han recibido subvenciones y en particular al proyecto más veterano, el Parque Faunístico ubicado entre Tramacastilla y Torres que tras una década de existencia recibe un importante impulso para su desarrollo.


Y por supuesto, felicitamos también a la Fundación Oroibérico que recibe una nueva subvención para la realización de su proyecto botánico y a Jabaloyas que proyecta reestaurar la emblemática Casa de los Diezmos y Primicias.

sábado, 12 de junio de 2010

La leyenda de Doña Blanca

Torre Blanca de Albarracín
La leyenda de Doña Blanca, como muchas otras en la Sierra de Albarracín y otros lugares tiene varias versiones que añaden o omiten detalles entre ellas. A continuación, transcribimos tres narraciones de esta leyenda.


Versión 1: La princesa desaparecida (1)

En el extremo sur del peñón en que se asienta la Ciudad de Albarracín, junto a la antigua iglesia de Santa María, se alza un grueso y cuadrado torreón. El pueblo le llama "La Torre de Doña Blanca". Ésta torre fue, sin duda, una pequeña fortaleza destinada a vigilar, primeramente, a la mozarabia de la ciudad, situada junto a la sobredicha iglesia, como luego vigiló los movimientos de la judería, que ocupaba el "Campo de San Juan".

En torno a la torre, el peñón se estrecha, y a sus pies, en profundo cauce, discurre el río Guadalaviar, aprisionado por las rocas y por los vallados de pequeños huertecillos. Al otro lado del río, la ingente masa rocosa vuelve a alzarse para dominar desde elevadas cumbres la ciudad, el río y los huertecillos.

Pero la torre de Doña Blanca, guarda entre sus muros, al decir de las gentes, el misterio evocador de la figura triste de una joven infanta aragonesa. Porque Doña Blanca era hermana menor de un príncipe heredero del trono de Aragón. Era una joven ingenua, casta y sencilla, por cuyas prendas no sólo sus padres, los monarcas, sino también toda la nobleza de estos reinos, la idolatraban. Pero la esposa del futuro rey, por la más vergonzosa envidia, la odiaba tenaz y sañudamente.

Y así ocurrió que, al morir el rey, los nobles aclamaron al príncipe heredero, y aquella mujer, que tanto odiaba a Doña Blanca, quedó constituida reina de Aragón. La joven infanta se acogió al lado de su madre, la reina viuda, pero fueron los mismos nobles quienes la aconsejaron que huyera de estos reinos para salvar su vida, refugiándose en la corte de sus deudos los reyes de Castilla.

Y sucedió que un día, de paso para Castilla, llegó a Albarracín, acompañada de algunas dueñas y de pocos caballeros, la desgraciada infanta aragonesa. La acogida que a Doña Blanca le dispensó Albarracín fue muy cordial, por cuanto que hasta aquí había llegado la fama de sus virtudes y la noticia de los odios de la reina. La ciudad entera presenció el paso de la vistosa comitiva con sus jinetes y sus escuderos por las calles tortuosas hasta llegar a los palacios de Azagra, Señor de Albarracín, donde se hospedó la joven infortunada. Consigo traía, en cofres forrados de cuero y guarnecidos de hierro, todos sus tesoros de joyas valiosas y preciadas telas. No era bien dejar todo esto en Aragón.

Pasó un día y otro día, y las gentes esperaban con impaciencia poder contemplar de nuevo el rostro de Doña Blanca y ver su lucida comitiva, al menos, cuando dejara la corte de los Azagra para continuar su viaje hacia Castilla. Mas el tiempo pasó... y las dueñas y los caballeros que habían acompañado a la infanta aragonesa emprendieron un día su regreso hacia tierras de Aragón; pero a Doña Blanca... ya nadie la vio jamás.

El pueblo, lleno de sorpresa y admiración, empezó a pensar que la joven había muerto llena de tristeza por su doloroso destierro, y que había sido sepultada secretamente en el famoso torreón que había de llevar su nombre en adelante. Mas nadie supo jamás lo sucedido, porque las gentes de la casa de Azagra y los nobles de la ciudad guardaron el secreto cuidadosamente.

Desde entonces, en todo plenilunio estival, cuando los próximos peñascos recogen el eco de la campana que suena la hora de la media noche, las gentes de Albarracín cuentan que se puede ver salir de la Torre de Doña Blanca una sombra clara, como de rayo de luna, a la manera de la figura de una mujer de blancas y holgada vestiduras que va descendiendo lentamente por los escarpes de la roca, como si fueran los peldaños de un palacio encantado, hasta llegar a los huertecillos y luego al río, en cuyos cristales se baña, y desaparece para no ser vista hasta otra noche de plenilunio. Es "La Sombra de Doña Blanca".

Versión 2: La judía huerfana (2)

Era en los últimos años del siglo XV, unos días después de haberse promulgado el decreto de expulsión de los judíos, que obligó a salir de Albarracín a más de cien familias que habitaban el barrio que rodea la Torre de Doña Blanca. Allí quedaron sus casas desiertas y abandonadas.

Una noche del plenilunio del mes de Julio, frente a la desierta judería, en las vertientes de las montañas del otro lado del río, un joven pastor cuidaba un rebaño del señor de Santa Croche. Sentado en un escarpe de las rocas contemplaba la ciudad dormida y bañada por los rayos de luna, que se quebraban en el castillo, en los muros y en el caserío, formando con las sombras figuras como de seres gigantes y misteriosos. A sus pies serpenteaba el río, arrullando con sus murmullos el sueño de la ciudad. Enfrente se erguía la Torre de Doña Blanca. Era la media noche... La campana mayor de la catedral dejó escapar de sus bronces el aleteo tembloroso de sus campanadas... Y el pastor, al conjuro del lugar y de la hora, pudo ver cómo junto a la Torre de Doña Blanca aparecía la figura de una mujer, que, tras desaparecer en estrecha calleja, aparecía de nuevo en el postigo de la muralla, y descendía por leve senda entre las rocas, hasta llegar al río, donde se inclinó ligeramente, como si contemplara su rostro en el espejo de las aguas bruñidas por luz de luna, y luego ascendía la empinada cuesta y se adentraba por las callejas del barrio judío abandonado.

En las primeras horas de la mañana, el pastor llegaba al castillo de Santa Croche e instaba por ver a su señor; mas el señor no se encontraba a la sazón en el castillo, y le recibió su hijo menor, joven apuesto, valeroso y amable. El pastor, lleno de emoción, le fue contando todo lo sucedido en la noche, cómo había visto con sus propios ojos descender hasta el río "La Sombra de Doña Blanca".

El joven Heredia sabía muy bien lo que se contaba de la legendaria historia de la infanta sepultada en la torre, y de la sombra que desciende en las noches de luna a bañarse al río... Pero amigo de aventuras y emociones, en la noche del plenilunio del mes siguiente se situó en las mismas rocas desde donde el pastor había visto la misteriosa aparición. Contemplaba también el fantástico aspecto de la ciudad bañada en luces de luna. Sonaron las doce en la campana catedralicia y... volvió a descender la figura de la mujer hasta el río. Lleno de asombro, pero audaz y atrevido, descendió el joven al cauce del río y lo atravesó sigilosamente. Oculto por los árboles y sauces que pueblan la margen, se acercó hasta el lugar donde la misteriosa mujer se inclinaba sobre la corriente. Pero la joven, al oír tras si los pasos, se erguió resuelta, sacando de las aguas una pequeña ánfora. El atrevido Heredia, lleno de estupor y sin acercarse más, le dijo:

- ¿Quién eres?
- ¡La Sombra de Doña Blanca!,- contestó la joven. Y sin más emprendió veloz huida por el angosto y empinado sendero entre las rocas, hasta llegar al postigo del muro, por donde penetró en la ciudad, desapareciendo...

No sabía qué pensar el joven hijo de los señores de Santa Croche. Contra su anterior convencimiento, "La Sombra de Doña Blanca" tenía realidad encarnada en una joven grácil, de tez morena y ojos que brillaban al reflejo de un rayo de luna.

Pocos meses más tarde, una joven de estirpe judía era capturada junto a la Torre de Doña Blanca cuando se disponía, a la media noche, a salir por el postigo y descender al río. La ronda nocturna que hacía la sobrevela por las torres y muros de la ciudad la había sorprendido. Ante el alcaide de las fortalezas de Albarracín, que era el mismo señor de Santa Croche, hubo de comparecer al día siguiente. Y la joven, con los ojos bañados en lágrimas, fue contando su triste historia. Ella era huérfana, de padres judíos, y al decretarse la expulsión no quiso abandonar la humilde casita que la vio nacer, ni la ciudad que amaba, ni las rocas que rodean su barrio, ni el río en que lavaba sus ropas o cogía agua en tiempos más felices. Había resuelto vivir oculta entre las ruinas de las casas abandonadas por los proscritos de su raza. Tomaba el alimento de los huertecillos, y el agua del río, en medio del misterio de la noche... Luego moriría sin que nadie sospechara su existencia...

Y la historia termina diciéndonos que la joven judía fue llevada al castillo de Santa Croche y, tras la necesaria educación cristiana, recibidas las aguas bautismales, llegó a contraer matrimonio con aquel joven Heredia que una noche de plenilunio la sorprendió llenando su cántaro en las orillas del río, bajo el peñón en que se asienta "La Torre de Doña Blanca".

Versiones 4 de Francisco Lázaro Polo (2)


Esto ocurrió en una noche estival de plenilunio, en la que algún hada desciende desde lo alto de la ciudad hasta el río Guadalaviar para bañarse en sus aguas. Lo hace en forma de sombra, como la de doña Blanca, nombre emparentado con el de un torreón situado al lado de la iglesia de Santa María. Pero ¿quién era esta mujer? Pues nada menos que una infanta aragonesa. Camino de Castilla, huyendo del odio de su cuñada, Blanca llegó a Albarracín, ciudad que le dispensó espléndida acogida. El mismo señor de aquellas tierras se convirtió en su anfitrión, alojándola en la torre que había de llevar su nombre. Pero pasaron los días. Todo el mundo esperaba de nuevo ver a la bella infanta recorriendo las angostas callejuelas de la ciudad, pero la joven no apareció. La comitiva, que la acompañaba, cansada de tanto esperar, regresó a la corte aragonesa. Nada se supo de Blanca. El pueblo pensó que la infanta había muerto de tristeza por haber tenido que abandonar la tierra que la vio nacer. Todos pensaron que había sido sepultada en el torreón.


Muchos aseguran, sin embargo, que desde los antiguos tiempos de la edad oscura hasta los nuestros, a eso de la media noche, en los días de plenilunio estival, una sombra clara desciende desde la torre en la que se hospedó doña Blanca hasta el río Guadalaviar y se baña. Al cabo de un rato, la sombra se desvanece hasta la llegada de un nuevo plenilunio. Dicen que es la sombra de doña Blanca, la princesa que murió de pena y de tristeza. También cuentan que su personalidad fue usurpada por una hermosa judía que se negó, también en Albarracín, a cumplir el decreto que obligaba a su pueblo a abandonar España o, como los judíos la llamaban, Sefarad. Desde la Torre de doña Blanca descendía la gallarda judía; y lo hacía igualmente en las noches de plenilunio estival, con el mismo fin que la infanta aragonesa: bañarse en las aguas cristalinas del río blanco. Un pastor, que la vio, se lo contó a su señor, el alcaide del castillo de santa Croche. Y fue el atrevido Heredia, que así se llamaba el responsable de la fortaleza, quien encontró a la mujer, que se presentó al caballero como la sombra de doña Blanca. Detenida, sin embargo, no le quedó otro remedio que contar su triste historia y los motivos que le habían llevado a ejercer el papel de impostora. Conducida al castillo de santa Croche, tras convertirse al cristianismo, el joven Heredia la desposó.

Versión 5: de César Tomás Laguía (4)

En el extremo sur del peñón en que se asienta la ciudad de Albarracín, junto a la antigua iglesia de Santa María, se alza un grueso y cuadrado torreón. El pueblo le llama la Torre de Doña Blanca. Esta torre fue, sin duda, una pequeña fortaleza destinada a vigilar, primeramente, a la mozarabía de la ciudad, situada junto a la sobredicha iglesia, como luego vigiló los movimientos de la judería, que ocupaba el Campo de San Juan.
En torno a la torre, el peñón se estrecha, y a sus pies, en profundo cauce, discurre el río Guadalaviar, aprisionado por las rocas y por los vallados de pequeños huertecillos. Al otro lado del río, la ingente masa rocosa vuelve a alzarse para dominar desde elevadas cumbres la ciudad, el río y los huertecillos.
Pero la Torre de Doña Blanca guarda entre sus muros, al decir de las gentes, el misterio evocador de la figura triste de una joven infanta aragonesa. Porque Doña Blanca era hermana menor de un príncipe heredero del trono de Aragón. Era una joven ingenua, casta y sencilla, por cuyas prendas no sólo sus padres, los monarcas, sino también toda la nobleza de estos reinos, la idolatraban. Pero la esposa del futuro rey, movida por la más vergonzosa envidia, la odiaba tenaz y sañudamente.
Y así ocurrió que, al morir el rey, los nobles aclamaron al príncipe heredero, y aquella mujer, que tanto odiaba a Doña Blanca, quedó constituida reina de Aragón. La joven infanta se acogió al lado de su madre, la reina viuda, pero fueron los mismos nobles quienes le aconsejaron que huyera de estos reinos para salvar su vida, refugiándose en la corte de sus deudos los reyes de Castilla.
Y sucedió que un día, de paso para Castilla, llegó a Albarracín, acompañada de algunas dueñas y de pocos caballeros, la desgraciada infanta aragonesa. La acogida que a Doña Blanca le dispensó Albarracín fue muy cordial, por cuanto que hasta aquí habían llegado la fama de sus virtudes y la noticia de los odios de la reina. La ciudad entera presenció el paso de la vistosa comitiva con sus jinetes y sus escuderos por las calles tortuosas hasta llegar a los palacios de Azagra, señor de Albarracín, donde se hospedó la joven infortunada. Consigo traía, en cofres forrados de cuero y guarnecidos de hierro, todos sus tesoros de joyas valiosas y preciadas telas. No era bien dejar todo esto en Aragón.
Pasó un día y otro día, y las gentes esperaban con impaciencia poder contemplar de nuevo el rostro de Doña Blanca y ver su lucida comitiva, al menos, cuando dejará la corte de los Azagras para continuar su viaje hacia Castilla. Mas el tiempo pasó... y las dueñas y los caballeros que habían acompañado a la infanta aragonesa emprendieron un día su regreso hacia tierras de Aragón; pero a Doña Blanca... ya nadie la vid, jamás.
El pueblo, lleno de sorpresa y admiración, empezó a pensar que la joven había muerto llena de tristeza por su doloroso destierro, y que había sido sepultada secretamente en el famoso torreón que había de llevar su nombre en adelante. Mas nadie supo jamás lo sucedido, porque las gentes de la casa de Azagra y los nobles de la ciudad guardaron el secreto cuidadosamente.
Desde entonces, en todo plenilunio estival, cuando los próximos peñascos recogen el eco de la campana que suena la hora de la media noche, las gentes de Albarracín ven salir de la Torre de Doña Blanca una sombra clara, como de rayo de luna, a la manera de la figura de una mujer de blancas y holgadas vestiduras que va descendiendo lentamente por los escarpes de la roca, como si fueran los peldaños de un palacio encantado, hasta llegar a los huertecillos y luego al río, en cuyos cristales se baña, y desaparece para no ser vista hasta otra noche de plenilunio. Es la sombra de Doña Blanca.
Era en los últimos años del siglo XV, unos días después de haberse promulgado el decreto de expulsión de los judíos, que obligó a salir de Albarracín a más de cien familias que habitaban el barrio que rodea la Torre de Doña Blanca. Allí quedaron sus casas desiertas y abandonadas.
Una noche del plenilunio del mes de julio, frente a la desierta judería, en las vertientes de las montañas del otro lado del río, un joven pastor cuidaba un rebaño del señor de Santa Croche. Sentado en un escarpe de las rocas contemplaba la ciudad dormida y bañada por los rayos de luna, que se quebraban en el castillo, en los muros y en el caserío, formando con las sombras figuras como de seres gigantes y misteriosos. A sus pies serpenteaba el río, arrullando con sus murmullos el sueño de la ciudad. Enfrente se erguía la Torre de Doña Blanca. Era la media noche... La campana mayor de la catedral dejó escapar de sus bronces el aleteo tembloroso de sus campanadas... Y el pastor, al conjuro del lugar y de la hora, pudo ver cómo junto a la Torre de Doña Blanca aparecía la figura de una mujer, que, tras desaparecer en estrecha calleja, aparecía de nuevo en el postigo de la muralla, y descendía por leve senda entre las rocas, hasta llegar al río, donde se inclinó ligeramente, como si contemplara su rostro en el espejo de las aguas bruñidas por luz de luna, y luego ascendía la empinada cuesta y se adentraba por las callejas del barrio judío abandonado.
En las primeras horas de la mañana, el pastor llegaba al castillo de Santa Croche e instaba por ver a su señor; mas el señor no se encontraba a la sazón en el castillo, y le recibió su hijo menor, joven apuesto, valeroso y amable. El pastor, lleno de emoción, le fue contando todo lo sucedido en la noche, cómo había visto con sus propios ojos descender hasta el río la sombra de Doña Blanca.
El joven Heredia sabía muy bien lo que se contaba de la legendaria historia de la infanta sepultada en la torre, y de la sombra que desciende en las noches de luna a bañarse al río... Pero amigo de aventuras y emociones, en la noche del plenilunio del mes siguiente se situó en las mismas rocas desde donde el pastor había visto la misteriosa aparición. Contemplaba también el fantástico aspecto de la ciudad bañada en luces de luna. Sonaron las doce en la campana catedralicia y... volvió a descender la figura de la mujer hasta el río. Lleno de asombro, pero audaz y atrevido, descendió el joven al cauce del río y lo atravesó sigilosamente. Oculto por los árboles y sauces que pueblan la margen, se acercó hasta el lugar donde la misteriosa mujer se inclinaba sobre la corriente. Pero la joven, al oír tras sí los pasos, se irguió resuelta, sacando de las aguas una pequeña ánfora. El atrevido Heredia, lleno de estupor y sin acercarse más, le dijo:

—¿Quién eres?
—La sombra de Doña Blanca!, contestó la joven. Y sin más emprendió veloz huída por el angosto y empinado sendero entre las rocas, hasta llegar al postigo del muro, por donde penetró en la ciudad, desapareciendo...
No sabía qué pensar el joven hijo de los señores de Santa Croche. Contra su anterior convencimiento, la sombra de Doña Blanca tenía realidad encarnada en una joven glácil, de tez morena y ojos que brillaban al reflejo de un rayo de luna.
Pocos meses más tarde, una joven de estirpe judía era capturada junto a la Torre de Doña Blanca cuando se disponía, a la media noche, a salir por el postigo y descender al río. La ronda nocturna que hacía la sobrevela por las torres y muros de la ciudad la había sorprendido. Ante el alcaide de las fortalezas de Albarracín, que era el mismo señor de Santa Croche, hubo de comparecer al día siguiente. Y la joven, con los ojos bañados en lágrimas, fue contando su triste historia. Ella era huérfana, de padres judíos, y al decretarse la expulsión no quiso abandonar la humilde casita que la vio nacer, ni la ciudad que amaba, ni las rocas que rodean su barrio, ni el río en que lavaba sus ropas o cogía agua en tiempos más felices. Había resuelto vivir oculta entre las ruinas de las casas abandonadas por los proscritos de su raza. Tomaba el alimento de los huertecillos, y el agua del río, en medio del misterio de la noche... Luego moriría sin que nadie sospechara su existencia...

Y la historia termina diciéndonos que la joven judía fue llevada al castillo de Santa Croche y, tras la necesaria educación cristiana, recibidas las aguas bautismales, llegó a contraer matrimonio con aquel joven Heredia que una noche de plenilunio la sorprendió llenando su cántaro en las orillas del río, bajo el peñón en que se asienta la Torre de Doña Blanca.

Referencias
  1. Página web: www.albarracin.org 
  2. FRANCISCO LAZARO POLO, UnaSierra de leyenda, Rehalda Número 8 - Año 2008
  3. "Mitos y leyendas de Aragón", José Luis Corral Lafuente. Publicada en Heraldo de Aragón / 08 de Diciembre de 2.002 
  4. CESAR TOMAS LAGUIA, Leyenas y tradiciones de la Sierra de Albarracín, Revista Teruel, n. 12, IET, 1954, 
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viernes, 11 de junio de 2010

Monterde de Albarracín: Introducción

Monterde de Albarracín (Teruel)

Monterde de Albarracín es un municipio de la provincia de Teruel, y perteneciente a la Comunidad Autónoma de Aragón, a la Comarca Sierra de Albarracín y a la histórica Comunidad de Albarracín y, dentro de ésta, a la Sesma de Bronchales.



Tiene un área de 45,12 km² con una población de 74 habitantes (INE 2008) y una densidad de 1,2 hab/km² (en la Comarca en conjunto es 3,5 hab/km²), siendo la 3ª más baja de la Sierra solo superada por Toril y Masegoso y Saldón. Su declive demográfico desde el final de la Guerra Civil ha sido dramático: de 538 habitantes en 1940 a 54 en 2006 (26 varones y 28 mujeres)[1].

El pueblo se localiza junto a la rambla de Monterde, afluente del río Guadalaviar. Esta rambla forma un verdadero cañón fluvial con morfología ameandrada. Está excavado en las calizas jurásicas de la Sierra de Albarracín, que forman en esta zona una paramera continua, a altitudes de 1.400-1.500 m, sólo interrumpida por las incisiones de los barrancos y la presencia de algunas dolinas en artesa y en embudo. Sobre esta superficie hay que destacar el predominio de los sabinares, y en especial de la sabina albar (Juniperus thurifera), así como de algunos encinares, sobre todo en el sector occidental del término[2].

Presenta una estructura urbana completamente adaptada a la orografía del terreno, dividiéndose en dos barrios a ambos lados del pequeño río Manzano. Sus viviendas responden a las características constructivas de la zona destacando el edificio de la Iglesia parroquial de la Asunción levantada en el siglo XVI de estilo tardogótico.

Sin menoscabar el rico patrimonio cultural tanto material como inmaterial de Monterde, lo más destacable del municipio es, sin lugar a dudas, la belleza y el valor paisajístico de su término así como su singularidad botánica. Sus montes, llanuras y valles acogen la mayor extensión de sabinas de toda Europa (14.019 hectáreas). La red Natura2000 que señala una serie de LICS en la sierra de Albarracín necesitados de especial protección, como son los sabinares de Monterde de Albarracín.




Datos históricos

Se sabe que ya existía un grupo de población en época islámica, aunque su nombre actual procede de uno de los caballeros que acompañaron a D. Pedro Ruiz de Azagra(1) cuando el reino Taifa de Albarracín fue donado a éste por parte del rey Lobo de Murcia. La familia de los Monterde recibió de Pedro Ruiz de Azagra el dominio de esta alquería musulmana tras la reconquista.
Según los primero documentos que constan de la villa (s. XV), Monterde contaba con 9 lugares y su población fue aumentando poco a poco en los siglos sucesivos, aunque alcanzó su esplendor demográfico en los años 1930, año en el que llegó a contar con 531 vecinos. Actualmente la población es de 72 habitantes, que se dedican principalmente al cultivo de secano, la ganadería ovina y la construcción.

Patrimonio cultural material

En el centro del municipio se alza la Iglesia parroquial construido durante los primeros años del señorío cristiano de los Azagra. En 1565 la primitiva iglesia de Monterde se convierte en una iglesia de estilo tardo-gótico, según los planos de los maestros canteros que la construyeron, Juan Alonso de Hontanilla y Pedro de Cubas, en honor de la Virgen de la Asunción. La nave tiene una cubierta con bóveda de cruceta estrellada y varias capillas laterales con casetones. La bella portada clasicista se cobija en un atrio que ocupa dos tramos de la nave lateral. Tiene cabecera poligonal y torre de planta cuadrada rematada con un cuerpo octogonal y un capitel, que comparten rasgos comunes con las torres de la catedral de Albarracín y la de Villar del Cobo construidas ambas por Alonso de Barrio Dajo, contemporáneo y conocido de los maestros canteros de canteros mencionados.

Portada de la Iglesia de Monterde (Archivo López Segura)

El ayuntamiento se abre con una lonja en la planta inferior.

La ermita de San Roque, con una nave cubierta con techumbre de madera, posiblemente se construyó en el siglo XVI.

Del siglo XVIII es la ermita del Carmen, cubierta con bóveda de medio cañón con lunetos y decorada con elementos de gusto rococó.


Patrimonio cultural inmaterial
La fiestas patronales en honor de San Roque, la Virgen de la Asunción y los Santos Mártires tienen lugar el 11, 12 y 13 de agosto. Como en el resto de los pueblos de la sierra, la afición a los toros centra la diversión: las vaquillas se corren y torean en una plaza de toros de madera construida en 1985 a las afueras del casco urbano, y la carne de una de ellas se guisa en una comida comunitaria. También se llega en procesión a la ermita de San Roque, como el lunes de Pascua de Pentecostés, rezando el rosario para cantarle al santo los gozos.

Otras festividades que tienen lugar regularmente en Monterde son:

El tercer domingo de septiembre se celebran las fiestas en honor a Nuestra Señora.
El Domingo de Resurrección, durante la procesión del Encuentro, el pueblo entona un canto popular en el momento en que la Virgen y el Niño se encuentran en la plaza y se sustituye el manto de la primera colocándole uno azul.
Otros santos festejados son San Antón, con hoguera, y San Isidro, con una comida de hermandad.

Datos estadísticos actuales de Monterde
Recopilación de información de la estructura economía, política y social actual de Monterde en este documento del Instituto Aragonés de Estadística (DGA) publicado en 2008:



[2] Web de la Comarca Sierra de Albarracín

Fuentes

Textos y  fotografias de los vídeos de Pedro Saz

Un paseo por Monterde de Albarracín



jueves, 10 de junio de 2010

Gea concluye las obras para la recuperación del portal medieval de Teruel

 
El Ayuntamiento de Gea de Albarracín ha concluido las obras para la recuperación del portal medieval de Teruel. La construcción, que se sustentaba en la antigua muralla, fue derruida en 1924.


El portal de Teruel era la entrada sur principal del municipio y daba acceso al barrio morisco de la localidad. Gea de Albarracín fue uno de los principales enclaves moriscos que tuvo Aragón hasta su expulsión en 1610. En aquel año salieron de la Villa de Gea (Exea) 2.220 almas.

El alcalde de Gea de Albarracín, Antonio Navarro, recordó que su municipio fue un recinto amurallado y que uno de los portales de acceso era el de Teruel, que fue derruido en 1924. Y añadió: “Con la recuperación del portal de Teruel queremos potenciar el esplendor que tuvo esta villa y que se sustenta en su rico patrimonio arquitectónico”.

El casco histórico de la arquitectura de Gea de Albarracín es de estilo morisco y el portal de Teruel diferenciaba la parte más antigua de la villa con la más moderna. El portal de Teruel se encuentra en la confluencia de la calle Mayor y la de San Roque.

Asimismo, el primer edil de Gea agradeció a la Comarca de la Sierra de Albarracín y a Asiader el apoyo financiero dado para la recuperación patrimonial y estético del portal de Teruel. “El presupuesto asciende a 21.000 euros, que han aportado el Ayuntamiento a través del Plan E, la Comarca de la Sierra de Albarracín y Asiader”.

El alcalde de Gea de Albarracín avanzó que si hubiera disponibilidades económicas la idea es seguir recuperando portales, también hoy desaparecidos, caso de la puerta de entrada a la Serranía de Albarracín.
Fuente: www.diariodeteruel.net

Fuente: Diario de Teruel
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martes, 8 de junio de 2010

Cicloturismo por vías de la trashumancia


Esta ruta cicloturista pretende seguir los pasos de la Trashumancia, actividad vital para los habitantes de esta zona desde sus primeros pobladores hasta nuestros días.

Además de un recorrido ciclista se realizarán paradas donde se explicarán distintos contenidos sobre: paisaje, geomorfología, vegetación, fauna, actividades tradicionales,…


Los participantes deberán llamar o enviar un correo electrónico para confirmar asistencia con un margen mínimo de 2 días anteriores al inicio de la actividad.

La organización se reserva el derecho de suspender la actividad cuando el nº de participantes inscritos y confirmados 2 días antes del inicio de la actividad sea menor de 6. Hay un límite máximo de 60 participantes. No hay límites de edad, pero debido a las características de la ruta puede hacerse dura para los más pequeños. En este caso deben venir acompañados de adultos que se responsabilicen de éstos durante el recorrido.

Información e inscripciones: Parque Natural del Alto Tajo
Centro de Interpretación de la Naturaleza “La Dehesa de Corduente”
Tfno/Fax: 949.84.82.17
E-mail: cicorduente@jccm.es

Red Natural de Albarracín
C/ Portal de Molina nº 16, 1ª planta
44100 Albarracín (Teruel )
Tel.: 978704044 Fax: 978704043
E-mail: desarrolloalbarracin@sodemasa.com

La ruta es gratuita.

Descarga poster de FIN DE SEMANA CICLOAMBIENTAL GUIADO (PDF 1294 KB)

Fuentes
Evento: http://turismo.comarcadelasierradealbarracin.es
Fotografías: Caiuslacer

domingo, 6 de junio de 2010

21 Edición del curso de botánica práctica de la UVT en Noguera


Del 5- 9 julio de 2010 tendrá lugar en Noguera de Albarracín la 21ª edición del curso de Botánica Práctica denominado "La flora y vegetación del Sistema Ibérico" de la Universidad de Verano de Teruel. El curso será dirigido por el Profesor Gonzalo Mateo Sanz, Director Científico de la Fundación Oroibérico.


El profesorado:

  1. D. Gonzalo Mateo Sanz, Profesor Titular del Departamento de Botánica.Universidad de Valencia.
  2. Carlos Fabregat Llueca. Investigador. Valencia.
  3. D. Manuel Benito Crespo Villalba, Catedrático de Universidad. Departamento de Botánica. Universidad de Alicante.

El enfoque del curso

El curso imparte conocimientos prácticos, amenos y personalizados de las plantas vasculares y las comunidades vegetales en que éstas habitan, concretado al ámbito geográfico del Sistema Ibérico y principalmente al tramo turolense del mismo.Profundizar en el campo de la Botánica práctica, tanto para su propia mejor formación como de cara a a la ampliación y perfeccionamiento de su oferta profesional.Pretende ser útil para todos aquellos aficionados a la naturaleza, interesado en el conocimiento de las plantas en general, o en el patrimonio vegetal de las serranías del Sistema Ibérico y particularmente de la provincia de Teruel.


EnlacesVer la ficha del curso en la Web de la Universidad de Teruel
Ver informe de la edición 20 del curso celebrado en 2009

Flora de la Sierra de Albarracín





Fotografías del curso impartido en 2009