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José Miguel Iranzo (de blanco a la izda.) y Víctor Lope (dcha.), los dos directores de ‘Mayumea’, tiran del carro sobre el que va el actor aficionado Juan García para rodar un plano subjetivo. |
Domingo, 7 de junio de 2015 | Miguel Ángel Artigas Gracia | Diario de Teruel
Este año se cumplen 30 desde que se rodó uno de los hitos del cine aragonés. Mayumea, de los directores turolenses José Miguel Iranzo y Víctor Lope, un cortometraje rodado en Noguera con actores, medios y una productora turolense. Constituyó la primera experiencia de cine profesional en Aragón casi veinte años después de que desapareciera Moncayo Films. Una locura en 35 milímetros que nació gracias al empeño de unos “inconscientes” apasionados por el celuloide, y que reunió a dos turolenses que en el futuro se convertirían en grandes del cine; José Miguel Iranzo y Javier Navarrete.
Mayumea nació como el sueño de dar el salto del cine aficionado al profesional. “Entonces era impensable en Teruel rodar en 35 mm”, recuerda Iranzo, “porque era carísimo y nadie tenía acceso a esos medios”. Iranzo, Víctor Lope, José Asensio, Lucía Villarroya y Jacinto Porro fundaron la productora Estela Films, y aunque su intención era rodar un largometraje, la casualidad se cruzó para que el corto Mayumea fuera su primera producción. “Gabriel Giménez Gil, Mauro, me contó tomando un café una historia que se decía en su pueblo, Noguera, sobre una historia de amor que tenía que ver con los Mayos”.
El proyecto quedó sin embargo aparcado, hasta que la DGA le concedió una subvención, lo que animó a los jóvenes cineastas a ponerse manos a la obra.
La película tuvo financiación también del Ministerio de Cultura, la Diputación Provincial y hasta el Ayuntamiento de Noguera. “Contamos con un presupuesto de 1.300.000 pesetas, más o menos”, recuerda José Miguel Iranzo. “Era muchísimo dinero, con los medios de hoy en día con eso rodarías La guerra de las galaxias”, bromea el turolense, “pero el cine profesional era carísimo entonces y de hecho el dinero se empleó solo en pagar la película, los laboratorios y los técnicos de Madrid, que fueron los únicos que cobraron”.
El rodaje comenzó en septiembre de 1985 y duró aproximadamente una semana. El equipo dormía en una casa cedida por el Ayuntamiento –la misma en la que se rodaron los interiores– y un amigo hacía de cocinero para todos para abaratar costes. Gracias a Gabriel Giménez y a la población de Noguera, que se volcó con la producción, el rodaje de Mayumea fue “el mejor que he tenido en mi vida”, asegura Iranzo.
“Éramos tan ignorantes que todo salía a pedir de boca. Hicimos un guión técnico minucioso y todos los días cumplíamos el plan de rodaje. A la segunda toma la escena salía bien, no gastamos ni un metro de película más de la cuenta, todo el mundo estaba contento y todo iba bien”, asegura el director. “Fue algo increíble que no me ha vuelto a pasar jamás. Cuando se supone que ya sabes lo que haces es cuando empiezan los problemas, y en películas posteriores he tenido rodajes terribles y auténticos descensos a los infiernos. Me encantaría recuperar la ingenuidad con la que rodamos Mayumea, porque esa ignorancia te da alas”.
De hecho Mayumea fue para Iranzo la mejor escuela de cine que tuvo: “Es la película con la que más he aprendido. Hasta entonces éramos aficionados al Super 8 y ahí empezamos a trabajar como profesionales. Recuerdo que fuimos a revelar la película a los estudios de FotoFilm en Madrid, que era donde revelaba todo el cine español, y Javier Navarrete grabó la música en EXA”. “Bien mirado”, se retrotrae el turolense, “entonces no sabíamos ni dirigir, ni realizar ni nada, porque no había escuelas ni medios. Entonces aprendíamos a puñetazos”, reflexiona.
Lucía Villarroya era la encargada de vestuario y maquillaje, y entre Giménez, Jacinto Porro y el resto de miembros de Estela Films se hacía la producción. Una producción “lowcost” pero totalmente eficaz.
“El carro que aparece en la película nos lo prestó uno de Villarquemado, y el autobús de época era de Manolo Rodilla, que tenía la línea Teruel-Frías de Albarracín”. Lo mejor de todo es que ese autobús de los años 50, época en la que está ambientada la película, seguía cubriendo su trayecto en 1985 e incluso algunos años más. “De hecho Rodilla quiso vendérmelo cuando lo jubiló para usarlo en los rodajes”.
Los músicos que aparecen en la escena del baile de la plaza son Miguel Ángel Martínez y José García Leal el Cordobés, dúo de batería y acordeón que habitualmente tocaban en las fiestas de los pueblos, y los extras de esa escena y del resto eran habitantes de Nogueras que, con su pro pio vestuario, se prestaron de buen grado para actuar.
En cuanto a los actores, también eran “amigos de Teruel con los que habíamos trabajado ya”. “Eran aficionados y no cobraron, pero realizaron un trabajo espectacular”, asegura Iranzo.
Ana Escámez como Amalia, Juan García como Ramón y Paco Escriche como Juan, protagonizaban una película en la que también actuaron Patricio Pascual, Julio Serón, Daniel Pascual, Manolo Jiménez, Natividad Cadenas, la rondalla de Guadalaviar y otros muchos extras y actores de reparto.
Entre todos dieron cuerpo a una amarga historia de amor que guardaba sorprendentes coincidencias con la leyenda de los Amantes de Teruel, como el plazo de tiempo impuesto al galán de cinco años que se incumple arrastrando a los protagonistas no a la muerte, pero sí a una vida desgraciada en lo sentimental.
El guión no estaba exento de críticas. Una de ellas era esa, el papel de mero espectador al que se veían abocadas las mujeres durante los años 50 con respecto a su vida sentimental. Otra, perfectamente actual hoy en día, era la fuga de cerebros, ya que Ramón no se apartó de su amada para marchar a la guerra sino a Alemania, pero con idéntico objetivo.
Y en fondo subyacía una crítica a la atrasada sociedad franquista en un momento, 1985, en el que la sombra del dictador todavía era alargada. Muestra de esa crítica es un plano, en la escena de la fuente, en la que para ubicar psicológicamente al espectador se muestra un yugo y unas flechas pintadas sobre un tapial. “Ese yugo no estaba y lo pintamos nosotros, para dar unas connotaciones que buscábamos”, revela Iranzo.
Mayumea fue premiada en el Festival de Cine de Huesca en 1986, aunque fue un regalo envenenado porque “nos dieron el premio del público pero declararon desierto el de Mejor Película Aragonesa, que era el que estaba dotado económicamente”, recuerda Iranzo. “Me enfadé bastante porque el sentido de ese festival era ayudar a la gente que estábamos haciendo cine”. Desde entonces Iranzo asegura que nunca ha vuelto a creer en los festivales, pero el público oscense acertó al votar una película humilde y hasta rudimentaria a la luz de las producciones actuales, pero que significó un hito en el cine profesional aragonés.
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José Miguel Iranzo (de blanco a la izda.) y Víctor Lope (dcha.), los dos directores de ‘Mayumea’, tiran del carro sobre el que va el actor aficionado Juan García para rodar un plano subjetivo. |
ENTREVISTA A JAVIER NAVARRETE
Javier Navarrete realizó la música del cortometraje: “Quizá ahora cambiara algo, pero en general me gusta como quedó el corto”

Mayumea no solo fue la ópera prima en 35 mm. de José Miguel Iranzo, sino que también representó el primer trabajo realizado para el cine por el turolense Javier Navarrete, ganador después de un Emmy y nominado al Oscar y al Goya en 2006 por la música de El laberinto del fauno.
- Hace mucho de eso pero, ¿cómo recuerda la producción musical de ‘Mayumea’?
Recuerdo que yo vivía en Madrid en aquella época, y que grabamos en Exa, donde se grabó casi toda la música del cine de los sesenta y setenta, pero que entonces ya estaba un poco de capa caída. Recuerdo la sala, enorme, con capacidad para una orquesta grande, del tipo que hoy casi no se encuentran en nuestro país. Recuerdo también haber intentado poner “delays” y otros efectos en la trompeta, y haberlo conseguido con cierta resistencia del técnico, que era vieja escuela.
- Con qué medios contaron? Eran todo lo satisfactorios que hubiera sido de desear?
Creo que eran similares a los que disponían en los otros departamentos del cortometraje. Yo podría haber hecho más cosas con teclados y demás, pero preferí limitarme a la trompeta y el tambor, más como una opción artística que por limitaciones del presupuesto. Es curioso que Iranzo no pusiera objeciones, porque es una instrumentación que descarta todo sentimentalismo y te obliga a ir por otro lado, pero por otra parte tiene sentido porque tampoco el corto buscaba la sentimentalidad, sino que más bien era objetivo.
- Entre los músicos que trabajaron estaba la trompeta de Markus Breuss, suizo que ha colaborado con numerosos proyectos, entre ellos Pekenikes por citar alguno de los más populares en España, y una referencia en la trompeta moderna. ¿Cómo surgió la colaboración con él y cómo recuerda su trabajo?
Markus era el vecino de una amiga mía, Fátima Miranda, que después ha sido una figura bastante notable del canto en España. Yo trabajaba con Fátima en la Fonoteca de la Universidad Complutense (el único trabajo asalariado fijo que he tenido en mi vida), y supongo que lo conocí a través de ella. A Markus no he vuelto a verle nunca más, pero le recuerdo como un instrumentista muy profesional y flexible, con un gran sonido al que la grabación no le hace mucha justicia.
- Hacer la música para un corto tan expresivo como Mayumea, donde además el folclore aragonés era uno de las líneas maestras, no debió de ser fácil...
En aquella época habría elegido otro tema más contemporáneo, seguramente. En cambio ahora encuentro que los orígenes y las raíces tienen más interés, porque dejan la puerta abierta a ser interpretados de distintas maneras. Pero entonces no disponía de esta distancia que me permitiera disfrutar mejor del encargo.
Creo que la melodía final la saqué de alguna tonada tradicional, probablemente algún Mayo, y ahora, con el paso de los años, ese uso tan literal me parece un poco demasiado forzado.
- ¿Fue sencillo coordinar en una misma producción su música de estudio con la música de las rondas de los Mayos y del dúo batería/acordeón que tocan en la escena del baile en Noguera?
Creo que ese es un aspecto que está bien resuelto. Está claro que la música de la película es una cosa y la música que tocan los personajes es otra, pero aún así la elección, un poco espartana, de trompeta y tambor ayuda a integrar estos dos mundos.
- En lo técnico las cosas han cambiado muchísimo, pero la música sigue siendo la música... ¿hoy en día cambiaría algo en la composición musical de ‘Mayumea’?
No sé lo que haría hoy día, porque probablemente la película sería también muy distinta hoy día. La he vuelto a ver y tengo dudas sobre el final, como ya he dicho, pero es normal tenerlas. Es un final muy difícil de resolver con la música, porque es muy corto y de alguna forma queda muy abierto. Creo que en resumidas cuentas está bastante bien, pero puestos a hacer experimentos, ahora probaría a mover la música que hay cuando él se va del pueblo y sincronizarla al final, y la que hay al final la pondría cuando él se va a Alemania. Justo al revés. Sería interesante ver cómo afectaba a la historia, y tomar una decisión en consecuencia. Este tipo de experimentos los hace uno cuando va ganando técnica y está más suelto, supongo que entonces no se me habría ocurrido una cosa así. Pero en general me gusta la música, y me gusta el corto, y no tocaría demasiadas cosas.
Mayumea -Articulo Diario Teruel
Película completa
FICHA DE LA PELÍCULA
Título: Mayumea
Rodada en el Noguera de Albarracín y sus alrededores
Directores: José Miguel Iranzo José Miguel Iranzo y Víctor Lope Víctor Lope
Escritores: José Miguel Iranzo y Víctor Lope
Fecha de estreno: 1986 (España)
Título: Mayumea
Rodada en el Noguera de Albarracín y sus alrededores
Directores: José Miguel Iranzo José Miguel Iranzo y Víctor Lope Víctor Lope
Escritores: José Miguel Iranzo y Víctor Lope
Fecha de estreno: 1986 (España)
Actores principales:
Natividad Cadenas
Francisco Escriche
Natividad Cadenas
Francisco Escriche
Actores de Reparto:
Patricio Pascual
Julio Serón
Daniel Pascual
Manolo Jiménez
y otros vecinos de Noguera.
Patricio Pascual
Julio Serón
Daniel Pascual
Manolo Jiménez
y otros vecinos de Noguera.
Se cantan algunos versos de los Mayos de Noguera
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