
Hace 100 años, en Noguera había muchos más habitantes que actualmente siendo la vida muy diferente. Se vivía de la agricultura y un poco de la ganadería.
Entre los vecinos, había un matrimonio llamados José y Juana, que tenían dos hijos: Tomasa y Manuel Martínez García, éste último apodado más tarde "el Tío Gordo de Noguera".
Como muchos jóvenes, Manuel tenía novia, la cual casualmente se llamaba Tomasa como su hermana. Era ésta una chica muy desgraciada, pues a temprana edad se murió su madre. Como todas las chicas puso toda su ilusión en su novio y se casó con él.
Pero pronto se dio cuenta que era muy celoso, hasta el punto de que cuando iba con su cántaro a la fuente El Ventanar, la estaba vigilando, v si hablaba con alguien, soba todo con hombres, cuando entraba en casa le pegaba.
De esta manera, se le hizo la vida insoportable y decidió Tomasa irse a casa de su padre, después a casa de su prima hermana llamada "Tía Melguiza" por ser melliza, siendo su nombre Encarnación. Pero siendo "el Tío Gordo" cada vez mas celoso y violento, los amenazó de muerte si dejaban entrar a su mujer en sus casas.
Como veía que no podía vivir con aquel hombre y no queriendo comprometer a su padre ni a su prima, se fue de su casa, estando varios días sin encontrarla. Todo el pueblo salió entonces a buscarla y al tercer día la hallaron en una cueva que desde entonces se conoce como "La Cueva de la Tomasa".
Como se encontraba embarazada, la hizo volver a su casa prometiéndole su marido que no le pegaría. Siguió con sus celos y sus malos tratos y maldades, debiendo marcharse de nuevo a casa de su padre.
A los pocos días, fue Tomasa a llevarle comida a su padre a la huerta y al volver, en las arenas junto a "La Dominguera", la mató de varias puñaladas.
Así pasó unos años por los montes de Noguera y la Piedra del Orcajo, vigilando siempre el pueblo, para que la Guardia Civil no pudiera nunca sorprenderlo.
Una mañana, el enterrador se encontró con la sorpresa de que en la tumba de la mujer del "Tío Gordo", había una gran cruz y rodeando el sepulcro, un, cadena de gruesos eslabones de madera, una verdadera obra de arte, que mas tarde se llevaron a Albarracín. Sobre la cruz estaba grabada una palabra: "Arrepentimiento".
A los pocos días de suceder esto, una noche rompió de un trabucazo la puerta del Ayuntamiento, y se arregló los papeles para irse a Francia. Nadie lo volvió a ver desde aquel día.
Tiempo después, su supe que fue a Barcelona donde vivía su hermana. Un día. tras discutir con un carnicero, "el Tío Gordo" sacó su trabuco para matarlo, pero el carnicero se le adelantó tirándole la cuchilla y partiéndole la cabeza.
Esto sucedía en el año 1906, exactamente el día 16 de abril, siendo enterrado en el cementerio del Sudoeste de Barcelona.
Esta historia, contada infinidad de veces por "La Tía Melguiza", en los muchos ratos de soledad y a falta de que comer, la relata tal como fue, su propio nieto Miguel Yuste Giménez, como constancia de la fidelidad de la misma.


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