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Taja utilizada por el último carnicero de Noguera de Albarracín a mediados del siglo pasado |
Significados de la palabra tarja según el diccionario de la RAE
Un poco de HistoriaTarja.(Del fr. targe). 1. f. Pieza de cobre de dos cuartos. 2. f. Tablita o chapa que sirve de contraseña.3. f. Corte o hendidura que se hace como señal. 4. f. Caña o palo sencillo en que por medio de muescas se va marcando el importe de las ventas. 5. f. Escudo grande que cubría todo el cuerpo, y más especialmente la pieza de la armadura que se aplicaba sobre el hombro izquierdo como defensa de la lanza contraria. 6. f. Moneda de vellón, con cinco partes de cobre y una de plata, que mandó acuñar Felipe II, equivalente a un cuartillo de real de plata. 7. f. Am. Tarjeta de visita. 8. f. Cuba: Entre agrimensores, medida de diez unidades.9. f. desus. tarjeta (ǁ adorno oblongo). U. en Cuba.
Testimonio sobre el uso de la tarja en Noguera de Albarracín:"Se constata documentalmente de la existencia en el año 1520 de la tarja de la carnicería, en las aldeas de la Sierra de Albarracín. Las entregas de carne a particulares se contabilizaban con cortes en una tabla (cada corte expresaba un diferente peso, la tarja), que pagaban, normalmente, en la época de recolección del cereal, o de la venta de ganado o lana..." (Fuente: Web de Gea de Albarracín, Sección de Historia)
"Yo recuerdo a la Tía Isabel, la madre de Ricardo, cuando tenía la carnicería y yo iba a comprar, aunque ya se pagaba con dinero, todavía sobre los años 65-70, había personas que usaban la Tarja.Antiguamente y sobre todo en la época de la siega y como no había neveras para conservar la carne, los vecinos que podían matar ovejas o cabras las compartían con sus vecinos y para saber cuanto consumía cada uno, usaban la Tarja para ir anotando lo que se llevaban.Una familia, mataba una res y la llevaba a la carnicería, allí se pesaba y el propietario tenía derecho a consumir los kilos netos que pesaba su res.Cada vez que algún vecino se llevaba un cuarto de carne, se hacía una muesca en la tarja, cada dos muescas medio kilo. Cuando se acaba la res, mataba otro vecino, que también tenía derecho a consumir los kilos que pesaba su res. Los que no podían llevar reses, tenían que pagar con dinero. De esta forma, la res era consumida por muchas familias y siempre había carne fresca que no se echaba a perder.
Lo que no se, es lo que cobraba la carnicera por hacer el trabajo de repartir la carne.
Testimonio de Ricardo Sánchez de Noguera:En nuestra sociedad actual, suena extraño esta forma de funcionar, pero... ¿A que sería bonito que volviéramos a tener esa confianza entre las personas?"
Testimonio de Manolo González Alemán de Guadalaviar:“Recuerdo al tío Víctor y a la tía Isabel cuando tenían la carnicería aproximadamente en los años 50 hasta los 70.No había neveras o frigoríficos donde conservar los alimentos y naturalmente la carne…Algunos vecinos entregaban ovejas al tío Víctor a cuenta de la carne que dicho vecino gastaría durante la temporada sobre todo en la época de la siega.En la tarja se iban marcando con cortes diferentes según el peso en carne que se llevaban. Cada corte representaba un cuarto de kilo y el segundo corte que completaba la muesca (tarja), medio kilo.El vecino que había entregado una oveja y que había consumido más carne del peso de la res entregada a cuenta debía pagar al carnicero la diferencia. Si por el contrario no había llegado al peso de la res era el carnicero quien abonaría la diferencia.Los vecinos que no habían entregado oveja alguna pero si disponían de la tarja entregada por el carnicero, abonaba el importe de la carne consumida en dinero (o en otra mercancía de trueque) cuando el vecino y el carnicero se ponían de acuerdo. La tarja era tan válida como pagar en dinero o como en la época actual pagar con tarjeta de crédito.Era el tío Victor el que por aquella época en la subasta del Ayuntamiento, se quedaba con la adjudicación de la carnicería para la temporada. A cambio el Ayuntamiento le entregaba al carnicero el uso de unos pastos exclusivamente para su ganado. Eran pastos que se encontraban en el mismo término del municipio de Noguera y solamente durante los meses de Junio y Septiembre ambos incluidos”
Dichas tarjas las mandaban hacer los herreros y carniceros al carpintero, e iban herradas para posteriormente repartir éstos a sus clientes.Curioso. ¿No?. A falta de frigoríficos, tarjetas de crédito, hipotecas y hasta dinero en metálico y lápices y papel,. la gente se buscaba la vida a través del trueque con ingeniosos sistemas de contabilidad.
En el caso del herrero, si te herraba tu caballería y le ponía dos herraduras, en un borde de la tarja te hacía dos menos; si le ponía una, pues una mella; cuatro, pues ponía cuatro mellas, y así sucesivamente. El carnicero era parecido, si te despachaba 1 Kg. de carne en la tarja, una mella; medio Kg., media mella, etc.
La tarja tenía un borde para los menudos, tantas mellas, tantos menudos. Los mismos carniceros tenían tarjas entre ellos, y cuando a uno le faltaba carne iba al otro a que le cediera, y se la apuntaban en la tarja. Era curioso, porque si a un cliente se le perdía la tarja, tenía que pagar la tarja más grande del pueblo, o sea, se guardaba, como se suele decir, bajo llave.
La fecha del ajuste de cuentas era S. Miguel; la casa que no podía pagar con dinero, pagaba con trigo; era corriente el llenarle de tu granero el trigo al herrero, que también por 1/2 fanega de trigo afeitaba las rejas de los arados durante todo el año. Era, o quizás sigue aún costumbre en carnicerías, el hecho de «meter una res a la carne», que consiste en ajustar con el carnicero la res y, en vez de cobrarla en metálico, dejar el importe en la carnicería y luego ir sacando carne el día que te apetece hasta consumir dicho importe.
IMÁGENES
Tarja (vista lateral)
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Tarja (vista frontal) |
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Pesas que se usaban en la balanza |
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Balanza de Victor |
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Picadora de Carne |
Tarja con dos muescas marcadas en la esquina superior elaborada por Manuel Molada para este artículo |
Colaboradores en la elaboración de este artículo
- Manuel Molada nos ha hecho la tarja de madera con dos muescas que aparece en la fotografía y nos ha contado los detalles del uso de la tarja.
- Ricardo Sánchez yerno de Victor e Isabel, de carniceros de Noguera hasta mediados del s. XX, nos ha dejado fotografiar la tarja auténtica de los años 1940 y las pesas, la balanza y la picadora de carne. Así mismo nos ha escrito el testimonio que se recoge en último lugar.
- Pilar Molada ha escrito el testimonio del uso de la tarja de Noguera de Albarracín
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Magnífico artículo.
ResponderEliminarMuchas gracias por estar recuperando nuestra memoria para que nunca se olvide a generaciones venideras.
Yo no sabía nada de esto pero al verlo aquí cobra sentido y valor todo lo que hacían nuestros antepasados.
Os felicito por este trabajo. Me parece muy profesional, ameno y completo. Seguid así.
ResponderEliminarGracias.
Miguel Panero