lunes, 5 de septiembre de 2011

La trashumancia, declarada Bien de Interés Cultural Inmaterial




Ciclo pastoril (Museo de la Trashumancia)

La trashumancia ya es Bien de Interés Cultural (BIC) Inmaterial. La declaración la aprobó el Consejo de Gobierno en su sesión de ayer y pretende reflejar la “importancia como actividad tradicional” que constituye dentro del patrimonio etnológico de Aragón.


La declaración fue solicitada el pasado año por la Asociación de Amigos del Museo de la Trashumancia de Guadalaviar con el fin de preservarla y fomentar su estudio. El objetivo de la medida es garantizar la transmisión de este patrimonio a generaciones futuras, para lo que se promoverá la investigación y la documentación científica, explicó ayer el consejero de Presidencia, Roberto Bermúdez de Castro.

No obstante, se ha incluido toda la trashumancia en la Comunidad Autónoma, ya que esta forma de pastoreo tiene lugar no solo en las sierras del Sistema Ibérico turolense, sino también en el Pirineo, cuyos pastores pasan el invierno en el Valle del Ebro.

El director del Museo de la Trashumancia de Guadalaviar, Javier Martínez, se mostró muy contento con la aprobación definitiva de la trashumancia como BIC Inmaterial. A su juicio, esta declaración supone un “reconocimiento al trabajo realizado por el museo en sus diez años de vida”.

Pero además, la declaración puede tener otra vertiente más beneficiosa para los pastores en forma de ayudas. “La producción bruta que representan las cabañas trashumantes es ínfima, pero es un fenómeno cultural que merece ser restaurado, al igual que una catedral románica”, aseguró el director del museo de Guadalaviar.

Javier Martínez recordó que la trashumancia es el motor económico más importante de algunas localidades de la serranía, como Guadalaviar. en este sentido, Guadalupe Arbués, cuya familia vive de la ganadería trashumante, concretó que de las 15.000 ovejas que hay en la localidad, 9.000 trashuman al sur y 5.000 lo hacen a pie.

Arbués también se mostró contenta con una decisión que a su juicio supone “abrir puertas” a un apoyo mayor. Así, la ganadera confía en que la declaración sirva para poner en valor la labor ambiental que realizan los pastores trashumantes y para la creación de algún tipo de ayuda directa por ello. “Que se nos reconozca como algo especial y se nos cuide”, concretó.


SOBRE LA TRASHUMANCIA

La trashumancia es, en esencia, el traslado del ganado en busca de pastos guiado por pastores y ganaderos, actividad que constituye una manera de vivir dentro de una economía de subsistencia tradicional en la cual la interrelación del hombre y el medio bioclimático es completa. Este traslado del ganado (mayoritariamente ovino pero también equino, vacuno, etc...) en diferentes niveles de estancia temporal (corta, media y larga duración) afecta aspectos de la vida de los ganaderos, pastores y sus familias, regulando también las actividades del ciclo estacional anual y diario.

La actividad trashumante se originó en la Península Ibérica en tiempos remotos y su organización se consolidó en la Edad Media. En Aragón se organizó en fechas muy tempranas ya que, en 1218, el rey Jaime I nombró al primer Justicia de Ganaderos, institución singular que perduró hasta 1828 y, en 1229, el mismo monarca concedió Privilegios a la cofradía de San Simón y San Judas de Zaragoza (antiguo nombre de Casa Ganaderos).

Las instituciones relacionadas con la trashumancia en Aragón se denominan Mestas o Ligallos, y fueron controlados por los poderes de las comunidades de aldeas de Calatayud, Daroca, Teruel y Albarracín, interesados en la buena marcha de los rebaños. La Mesta de Albarracín junto con la Casa de Ganaderos de Zaragoza fueron las instituciones más importantes del Reino de Aragón. Por ellas los ganaderos disponían de una institución corporativa, vinculada a los poderes locales, encargada de regular las relaciones profesionales entre sus miembros, proteger los privilegios de pasto y garantizar las infraestructuras pecuarias, dando lugar a una rica y extensa normativa tanto escrita como consuetudinaria.

En Aragón la trashumancia, tanto interna como externa, ha articulado las relaciones entre la montaña y el llano, entre los Pirineos y el Valle del Ebro, así como entre las serranías ibéricas turolenses, con su entorno próximo y lejano: Levante, La Mancha y Andalucía, especialmente. Esto ha configurado un paisaje cultural específico articulando una tupida y extensa red de comunicaciones llamadas vías pecuarias, denominadas cabañeras en algunos lugares de Aragón, y ha dado lugar a diferentes construcciones arquitectónicas auxiliares. También ha supuesto un intercambio entre diferentes territorios de carácter económico, social y cultural de primer orden a lo largo de la historia, manifestado en las costumbres, la literatura oral, el lenguaje, las fiestas, las creencias, la música, el folclore, los juegos, la indumentaria y la gastronomía, así como en los numerosos oficios vinculados a la actividad trashumante.

LA IMPORTANCIA DE LA TRASHUMANCIA EN LA SIERRA DE ALBARRACÍN

La Sierra de Albarracín aún mantiene actividades trashumantes tradicionales de ganado ovino y bovino que aunque residuales desde el punto de vista económico, son de gran interés cultural y científico: El museo de la trashumancia de Guadalaviar, los encuentros internacionales de trashumantes organizados anualmente en esa localidad, el Centro de Estudios de la Trashumancia con participación de CECAL y las numerosas publicaciones científicas de investigadores serranos atestiguan el gran interés que tiene en nuestra comarca.

Fuentes

DECRETO 289/2011, de 30 de agosto, del Gobierno de Aragón, por el que se declara La Trashumancia en Aragón como Bien de Interés Cultural Inmaterial.

Noticia en el Diario de Teruel: La trashumancia ya es Bien de Interés Cultural Inmaterial

Reportaje de Telearagón sobre la Trashumancia de ganado ovino Jaen a la Sierra de Albarracín



Trashumancia de reses bravas de Jaén a la Sierra de Albarracín

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