jueves, 13 de marzo de 2008

El mal de ojo: ¿Cuento o realidad?


Sé que a muchos les parecerá una leyenda urbana, como se dice ahora. Yo me limitaré a contaros la historia del mal de ojo que padeció mi hermano tal cual la recuerdo y me la ha contado mi familia.


Julián Molada (cariñosamente, Julianete para muchos todavía) nació en Junio de 1960 y en el mes de agosto mi madre lo llevó a Noguera para que lo conocieran los abuelos. Como veréis por la foto era un niño precioso, rubio, con ojos claros y muy simpático. Pero aquel mismo verano, y quizás fuera durante el viaje, alguien le echó el mal de ojo que tuvo malas consecuencias.

Como recordaréis algunos, cuando se anunciaba una visita a Noguera, salía toda la familia y casi el pueblo entero al coche “Correo”, como le llamaban antes, a esperarlos. Llegaba sobre las 5:30 de la tarde y allí estaban esperándolos los abuelos y algunos vecinos, porque a Julianete todavía no lo conocía nadie. Calmado la algaravía de besos, felicitaciones y bienvenidas, mi madre marchó a casa de sus padres, Blas y Miguela.

Al llegar la noche, Julianete se puso a llorar y llorar, y se paso toda la noche llorando. Al clarear el día, Julianete se calló y estuvo tranquilo todo el día. Pero, al llegar la noche siguiente, de nuevo volvió a llorar otra vez durante toda la noche y hasta que amaneció.

Así estuvo tres días, y al cuarto mi abuelo Blas, decidió que el niño estaba enfermo, y montó a su nieto y a la madre (Amalia) en su burro y subió a Bronchales, al médico para ver que pasaba. Si no me han contado mal, el médico se llamaba Don Palmeiro (gallego por mas señas), y después de examinar a Julianete, no le encontró el motivo de sus lloros y dijo que el niño estaba sano o bien.

Al volver al pueblo, ya en casa de los abuelos, una buena amiga de mi abuela Miguela, la tía Melguiza (llamada así por ser melliza, pero su nombre auténtico era Encarnación), que tenía fama de bruja, fue a verlo y le dijo a mi abuela que al niño le habían “echado mal de ojo”, y que la única forma de que se le pasara, era poniéndole en un saquillico la hierba ruda mojada con agua bendita.

Así que la buena de la tía Melguiza, se fue al monte buscó la ruda, la mojó con agua bendita y le colgaron el saquillico al cuello a Julianete. Y desde esa noche no volvió a llorar. Lo llevó al cuello bastante tiempo hasta que se le pasó el hechizo.

Leyenda o no, fue lo que ocurrió. Tal vez haya otra explicación y si alguien la sabe me gustaría que la compartiera con todos nosotros

Enviado por: Pilar Molada, su hermana que aparece en la foto a los 5 años de edad.

1 comentario:

  1. hola ami me parese interesante lo que tu cuentas yo creo en el mal de ojo yo conosi un senor que en una ocasion el de lejos vio aun nino y el se dijo asi mismo que bonito nino y despues el se fue a trabajar y en esa misma noche el nino que el abia bisto se enfermo los besinos lo fueron abuscar a este senor para que curara a el nino este senor de el que te estoy contando el tiene una mirada que el mata animalitos solo con mirarlos para mi ese es el mal de ojo hay personas que con su mirada pueden aser dano en ocasiones sin querer y supuesta mente en ocasiones son de mal corazon que si desean mal para las demas personas

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