
Queridos padres y hermanos,
Aquí me tratan muy bien. Estoy pasándomelo estupendamente. Hace un poco calor pero bueno... Echo de menos mi Noguerita y a vosotros.
Os mando muchos besos y abrazos,
Soldadito de Noguera...
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Angel Yuste, Fuente Tarrancho (Barrranco de la Tejeda), 2007 |
Hace muchos años, vivía en la Puerta Falsa una mujer que se llamaba Celestina que estaba casada con Ambrosio y no tenían hijos. Ambrosio trataba bastante mal a su mujer, porque como no tenían hijos la consideraba una inútil, siempre le decía que para que tanto trabajar si no tenían ningún hijo para que heredara las tierras y la casa.
Celestina lo llevaba todo con resignación, pues pensaba que era ella culpable y que Dios le había dado esa cruz. Pero un día Celestina desapareció y su marido no consiguió encontrarla por ningún sitio. Todos los vecinos la buscaron durante días por el monte, pero no apareció. Pasaron varios años, y Ambrosio murió. Como no tenía familiares, lo enterraron, cerraron la casa y nadie se volvió a acordar de él ni de Celestina.
Al cabo de un tiempo, los vecinos vieron que las ventanas de la casa de Celestina y Ambrosio, estaban abiertas, y una mujer joven estaba limpiando. Nadie sabía quien era, ni sabían cuando había llegado, ya que nadie la había visto, ni llegar andando ni en el autobús.
Cuando la mujer por fin salió de la casa, llevaban a una niña pequeña de la mano, que perecía su hija y se dirigió al Ayuntamiento. Llevaba una carta manuscrita de Celestina en la que la nombraba heredera universal de sus bienes. Nadie sabía que había pasado 30 años atrás, pero todo el mundo coincidió que la mujer y la niña se parecían a Celestina, pero que no tenía ningún rasgo de Ambrosio.