Un recuerdo fresco y claro (Carlos Gil)

Nos enteramos el día trece de noviembre: Ángel había muerto. Fue en el encabezamiento de la página , que con tanto cariño dirige y organiza Manuel...




Para algunos, la imagen de Ángel Yuste será: por la mañana, con su raqueta en la mano; por la tarde, sus paseos; y, para siempre, sus fuentes.

Ángel, en tus largos tiempos libres de verano te acompañamos mi sobrino Manolo y yo para recorrer y fotografiar las fuentes que, en estos últimos años, recuperaste para la memoria de Noguera. A cada fuente, un nombre, un topónimo, llenos de recuerdos, del trabajo y del hacer de la gente de Noguera: la fuente de los Borrocales, la fuente de los Burros, la fuente del Ceñajo, la fuente de Ángel Yuste (la última de tus fuentes)… Caminamos contigo; era un placer de ilusiones, un placer al escuchar la música de las fuentes; cada fuente tenía un sonido, una melodía de agua cristalina… En cada fuente colocabas una piedra, una piedra seleccionada en la que escribías su nombre, enmarcado en una arquitectura de la abrupta naturaleza de Noguera....

Ángel, supiste recuperar para tu pueblo una memoria, una historia casi perdida; nos has trazado unos recorridos que, para muchos de los visitantes de Noguera, venidos de tierras muy lejanas, han supuesto un recuerdo inolvidable, lleno de plena naturaleza, de frescor y de silencio, silencio sólo roto por tus fuentes.
Siempre que paseemos por la Tejeda, en ella aparecerás tú con tus fuentes, con tus huertecillos, con tus asientos…

Esperamos que, con el tiempo, haya alguien que continúe tu obra, si continuar se puede, para mantener y cuidar ese trabajo tan silencioso y tan bello que tú nos has dejado.

Un recuerdo fresco y claro.

Carlos Gil