domingo, 30 de mayo de 2010

Jabaloyas: un pueblo encantado y encantador


Jabaloyas se conoce como el pueblo de las brujas, aunque de ellas sólo quedan un buen número de leyendas sin base histórica y una fiesta en torno al fuego durante la noche más larga del año. La situación del casco urbano, al pie del monte Jabalón y sobre un profundo barranco, da a la localidad un aire de misterio que se intensifica al pasear por sus calles.


En ellas se ubican algunos de los edificios más antiguos de la sierra y su arquitectura ofrece todo un muestrario de formas talladas en piedra....


UN PASADO ESPLENDOROSO

Jabaloyas fue una población con gran peso en la Sierra de Albarracín durante la Edad Media. Una prueba de ello son los edificios que aún se conservan en el casco urbano y el hecho de que diera nombre a la primera delimitación territorial o sesma que se constituyó en la Comunidad de Albarracín. Esta Sesma, formada por Jabaloyas, Bezas, Valdecuenca, Toril, Terriente y Saldón, fue la que más población aglutinó entre los siglos XV y XVII de las cuatro que formaban parte de la Comunidad de Albarracín.




MONUMENTOS PROTEGIDOS

Jabaloyas tiene incoado el expediente para su declaración como Bien de Interés Cultural en la modalidad de Conjunto Histórico. El procedimiento se inició en el año 1982 y, aunque la declaración no ha llegado, el municipio goza desde entonces de similar protección que los BIC. La ermita de la Virgen de los Dolores, situada en las inmediaciones del núcleo de población, es desde 2002 un Bien Catalogado del Patrimonio Cultural Aragonés.

LA CASA DE LA SIRENA

En el municipio hay múltiples inmuebles llamativos, pero sin duda el que más destaca por la belleza y peculiaridad de su fachada es la casa de la Sirena, construida en el siglo XV. Sobre el arco carpanel de la portada y enmarcado por un alfiz se apoya un escudo en el que aparece una sirena sosteniendo un espejo en una mano y un peine en la otra. En el primer piso hay una ventana geminada de tradición gótica flanqueada por dos vanos sobre los que descansan, talladas en piedra, las figuras del sol y la luna. El edificio, considerado uno de los ejemplos de arquitectura gótica más representativos de Aragón, es propiedad particular en la actualidad está dividido en dos viviendas.

El caminante encuentra otros muchos rincones que desvelan un pasado floreciente. En la misma placeta le la casa de la Sirena hay un inmueble con un gran arco de sillería en su fachada y ventanas geminadas.



Casa de la Sirena


CASA DE LOS DIEZMOS

A pocos metros de allí se encuentra la casa de los Diezmos y primicias, una construcción del siglo XVI provista de una lonja que en la actualidad está cegada. Este edificio era utilizado por el obispo de Albarracín para guardar el grano obtenido de los impuestos que cobraba a los campesinos, denominados diezmos porque consistían en una décima parte de las cosechas. Otra construcción llamativa en el casco urbano es la antigua herrería, que cuenta con un gran atrio adintelado en madera bajo el que se cobijaban las caballerías mientras esperaban su herraje.




IGLESIA PARROQUIAL DE LA ASUNCIÓN DE NUESTRA SEÑORA

La iglesia de la Asunción es el principal edificio religioso del municipio y constituye un buen paradigma de las iglesias góticas del siglo XV y comienzos del XVI. Uno de los elementos más vistosos es su torre, que destaca por su altura y buena factura —está construida en sillares de piedra perfectamente labrados—Aparece rematada por una linterna y tiene en cada uno de sus cuatro extremos una gárgola con forma de animal para evacuar el agua de la techumbre cuando llueve. Una muralla de marcado carácter defensivo con almenas y saeteras rodea el edificio y protege el antiguo cementerio de la localidad, que se utilizó hasta bien entrado el siglo XX.





LA ECONOMIA

Otro aspecto destacable del casco urbano de Jabaloyas es su disposición abierta y espaciosa, característica habitual en los pueblos ganaderos para que los rebaños pudieran acceder a las inmediaciones de las casas. Las viviendas, casi todas de dos plantas, se distribuyen en torno a pequeñas plazas sin una aparente estructura preconcebida.

La ganadería es el principal pilar de la economía y a comienzos del presente siglo en el municipio había más de 3.000 ovejas madres. Esta actividad se complementa con una agricultura de subsistencia y, sobre todo antaño, con el aprovechamiento de los recursos del monte. La localidad, atravesada siglos atrás por una vía que comunicaba Tortosa con Madrid, era un lugar de referencia para la venta de lana y hasta allí se desplazaban compradores de Valencia y Zaragoza.




PATRIMONIO INMATERIAL

Las fiestas mayores tienen lugar en agosto y son típicas las cenas de hermandad y las competiciones de calva, un juego con mucho arraigo en toda la zona. Una celebración que perdura desde tiempo inmemorial es la de San Cristóbal, en la que se lleva al santo hasta su ermita ubicada sobre la cima del Jabalón. En Semana Santa tiene lugar una singular procesión que consiste en llevar la imagen de la Virgen de los Dolores hasta su ermita, situada en las inmediaciones del casco urbano. Una festividad que nació ya en el siglo XXI pero que adquiere cada vez un mayor auge es el solsticio de verano, que tiene lugar alrededor del 24 de junio y pretende recordar la tradición brujeril del pueblo. Entre los actos cabe destacar la hoguera que se prende en lo alto del Jabalón, en torno a la cual se reúnen todos los vecinos. Por otra parte, en 2008 se recuperaron los Mayos tras cuatro décadas sin cantarse.

Nadie sabe a ciencia cierta si detrás de las múltiples leyendas surgidas en torno a las brujas de Jabaloyas hay algo de verdad. Muchos cuentos hablan de hechiceras vinculadas a la localidad y al monte Jabalón donde, según dicen, se celebraban todos los sábados aquelarres a los que acudían brujas de distintos lugares. Una de las fábulas más llamativas que gira en torno al pico Jabalón es la que habla de la existencia en sus entrañas de una ciudad habitada por hechiceras. En el pueblo se dice que hay un pasadizo para comunicar la iglesia con la cima que era utilizado por las mujeres que acudían allí a realizar sus aquelarres, pero este túnel nunca ha sido encontrado.

Leyendas aparte, un vestigio que evidencia la existencia de supersticiones desde hace varios siglos son los numerosos escudos con los símbolos cristianos JHS -abreviatura de Jesucristo Salvador de los Hombres- que hay en las viviendas de Jabaloyas. Estas dovelas talladas podían tener como objeto la protección de los ocupantes de la casa o simplemente indicar la presencia de familias cristianas en el edificio. Además, los marcos de puertas y ventanas de varios inmuebles aparecen pintados en azul debido a la creencia de que así se espantaba a los malos espíritus. También hay topónimos en el municipio que aluden a personajes mitológicos, como el barranco de los Diablos o la casa de los Duendes, ya desaparecida.


La tradición que justifica, según los lugareños, la relación entre las brujas y el pueblo es la procesión que los mozos hacían el día del Sagrado Corazón -que es a mediados de junio- a la ermita de la Virgen de los Dolores. El trayecto hasta el templo, situado a las afueras del casco urbano, se hacía al amanecer y al anochecer y cada hombre, vestido con una capa negra, portaba una gran vela. La imagen de todos los participantes en esta vistosa comitiva pudo dar lugar a malentendidos entre los viajeros que no conocieran de la existencia de esta romería. Aunque no se sabe si hay algo de realidad detrás de estos cuentos, lo cierto es que la localización, los monumentos y las brumas que se forman en torno al pueblo hacen de Jabaloyas un lugar enigmático con brujas o sin ellas.

Sobre este tema, ver los siguientes artículos en esta Web
Las leyendas de brujas de Jabaloyas
La danza de la Brujas de Jabalón
I JORNADA SOBRE LA BRUJERÍA EN JABALOYAS



El bar/restaurante Los Diezmos

Una sorpresa agradable para el visitante nos aguarda en el bar restaurante Los Diezmos situado en la calle de La Fuente, frente al Ayuntamiento justo detrás de la fuente construida en 1820 una de las más antiguas que se conservan en la Sierra.

El establecimiento, decorado con cachivaches y aperos rurales tradicionales de la Sierra, es de nueva construcción y alberga un bar, un restaurante y un hospedaje rural compuesto de 4 habitaciones. Todo ello regido por Gaspar y su "santa" esposa, estupenda cocinera y experta del patrimonio cultural de Jabaloyas.

El "tío" Gaspar es uno de esos personajes instruidos y con socarrón sentido humor aragonés -mitad Labordeta, mitad Séneca- que uno disfruta encontrar cuando se desea conocer los aspectos sociales de un pueblo, pasar un buen rato y, con el tiempo, tenerlo como amigo. Nacido en Albarracín, se licenció en derecho y ejerció como abogado laboralista hasta que, cansado de la vida urbana y el estrés de su profesión decidió establecerse en Albarracín como hostelero. Pero, desencantado de la mercantilización turística de su pueblo natal, decidió buscar un rincón de la Sierra más auténtico donde poder disfrutar de la vida rural.
En esta ocación no pudimos disfrutar de su cocina, pero prometemos que volveremos a degustar sus sugerentes platos tradicionales y asados en horno romano de leña y ya os contaremos. De momento hay que conformarse con este reportaje fotográfico del establecimiento, seguido por un amplio reportaje del pueblo.


  





Un paseo por Jabaloyas






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