jueves, 27 de octubre de 2011

Gervasio Sánchez relata en Albarracín su experiencia en zonas de conflicto

Fotografías de Gervasio Sánchez

Sus polémicas y comprometidas afirmaciones no dejan indiferente a nadie...

Su experiencia en las guerras. En eso se basó la ponencia de clausura que ofreció ayer el reportero Gervasio Sánchez en Albarracín, durante el Seminario de Fotografía y Periodismo que él mismo dirige. Su honestidad con el trabajo, su filosofía de vida y su crítica al sistema político sirven de modelo a seguir a muchos jóvenes que ahora están empezando, por lo que sus confesiones en Albarracín no dejaron indiferente a nadie.

Fotografías de Gervasio Sanchez: Los niños de la guerra

En su charla desgranó algunos de los episodios que han marcado su vida, como la muerte del periodista Miguel Gil en Sierra Leona en mayo del año 2000. “Yo no iba en ese convoy de milagro”, relató, para añadir después que le tocó “reconocer el cadáver de un amigo” y, más tarde, “convencer a la familia por teléfono para que no abrieran el ataúd. No sé con qué derecho, pero me pareció que era bueno que no lo abrieran”, aseveró.

A juicio de Sánchez, las guerras son más dramáticas por la tele que en la realidad porque se seleccionan las imágenes más traumáticas: “Todo es mejor de lo que parece. La gente en la guerra descansa e incluso tiene hijos”, manifestó el que ha sido testigo de muchos conflictos. No obstante, con esto el reportero no pretendía quitar a los asistentes el miedo, que “es bueno y sirve para evitar hacer el idiota”, comentó.

Ese miedo es el que hace que cuando la cosa se pone difícil todo el mundo abandone el barco y “curiosamente”, dijo el fotógrafo, los primeros que se van “son los que más dinero cobran y los que tienen plus de peligrosidad”. Entre ellos citó a los propios militares: “Han visto la Guerra de Bosnia en mis fotos, y eso que ellos cobran un plus por estar ahí y a mí me pagan una mierda”, lamentó.

Fuente del texto: Diario de Teruel

Fotografía de Gervasio Sanchez galardonada con el premio de Ortega y Gasset de periodismo gráfico en 2008 (pulse la imagen)

Pulse en este enlace para ver una presentación escalofriante del discurso pronunciado por Gervasio Sánchez (periodista y fotógrafo) durante la entrega de los premios Ortega y Gasset el 7 de mayo que le otorgaron por esta fotografía. En el acto estaban presentes la Vicepresidenta del Gobierno, varias ministras y ministros, exministros del Partido Popular, la Presidenta de la Comunidad de Madrid, el Alcalde de Madrid, el Presidente del Senado y centenares de personas  y dijo entre otras cosas:

"Me siento escandalizado cada vez que  me topo con armas españolas en los olvidados campos de batalla del Tercer Mundo, y me avergüenzo de mis representantes políticos"

Gervasio Sánchez, en una exposición de su obra | foto de Joaquín Sastre

Discurso completo por si alguien no puede bajar la presentación pps.
"Estimados miembros del jurado, señoras y señores:

Es para mí un gran honor recibir el Premio Ortega y Gasset de Fotografía convocado por El País, diario donde publiqué mis fotos iniciáticas de América Latina en la década de los ochenta y mis mejores trabajos realizados en diferentes conflictos del mundo durante la década de los noventa, muy especialmente las fotografías que tomé durante el cerco de Sarajevo. ….
Quiero dar las gracias a los responsables de Heraldo de Aragón, del Magazine de La Vanguardia y la Cadena Ser por respetar siempre mi trabajo como periodista y permitir que los protagonistas de mis historias, tantas veces seres humanos extraviados en los desaguaderos de la historia, tengan un espacio donde llorar y gritar.
No quiero olvidar a las organizaciones humanitarias Intermon Oxfam, Manos Unidas y Médicos Sin Fronteras, la compañía DKV SEGUROS y a mi editor Leopoldo Blume por apoyarme sin fisuras en los últimos doce años y permitir que el proyecto Vidas Minadas al que pertenece la fotografía premiada tenga vida propia y un largo recorrido que puede durar décadas.
Señoras y señores, aunque sólo tengo un hijo natural, Diego Sánchez, puedo decir que como Martín Luther King, el gran soñador afroamericano asesinado hace 40 años, también tengo otros cuatro hijos víctimas de las minas antipersonas: la mozambiqueña Sofia Elface Fumo, a la que ustedes han conocido junto a su hija Alia en la imagen premiada, que concentra todo el dolor de las víctimas, pero también la belleza de la vida y, sobre todo, la incansable lucha por la supervivencia y la dignidad de las víctimas, el camboyano Sokheurm Man, el bosnio Adis Smajic y la pequeña colombiana Mónica Paola Ojeda, que se quedó ciega tras ser víctima de una explosión a los ocho años.
Sí, son mis cuatro hijos adoptivos a los que he visto al borde de la muerte, he visto llorar, gritar de dolor, crecer, enamorarse, tener hijos, llegar a la universidad. Les aseguro que no hay nada más bello en el mundo que ver a una víctima de la guerra perseguir la felicidad.
Es verdad que la guerra funde nuestras mentes y nos roba los sueños, como se dice en la película Cuentos de la luna pálida de Kenji Mizoguchi.
Es verdad que las armas que circulan por los campos de batalla suelen fabricarse en países desarrollados como el nuestro, que fue un gran exportador de minas en el pasado y que hoy dedica muy poco esfuerzo a la ayuda a las víctimas de la minas y al desminado.
Es verdad que todos los gobiernos españoles desde el inicio de la transición encabezados por los presidentes Adolfo Suarez, Leopoldo Calvo Sotelo, Felipe González, José María Aznar y José Luis Rodríguez Zapatero permitieron y permiten las ventas de armas españolas a países con conflictos internos o guerras abiertas.
Es verdad que en la anterior legislatura se ha duplicado la venta de armas españolas al mismo tiempo que el presidente incidía en su mensaje contra la guerra y que hoy fabriquemos cuatro tipos distintos de bombas de racimo cuyo comportamiento en el terreno es similar al de las minas antipersonas.
Es verdad que me siento escandalizado cada vez que me topo con armas españolas en los olvidados campos de batalla del tercer mundo y que me avergüenzo de mis representantes políticos.
Pero como Martin Luther King me quiero negar a creer que el banco de la justicia está en quiebra, y como él, yo también tengo un sueño: que, por fin, un presidente de un gobierno español tenga las agallas suficientes para poner fin al silencioso mercadeo de armas que convierte a nuestro país, nos guste o no, en un exportador de la muerte.
Muchas gracias."
Gervasio Sánchez, fotógrafo del dolor


¿Os imagináis las caras de los representantes políticos que asistían al acto? Posiblemente nunca más recibirá un premio "oficial".

En este otro discurso de Gervasio Sánchez en la Cumbre Mundial de la Paz, tampoco tiene pelos en la lengua.

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