Los Mandamientos se cantaban antiguamente en los pueblos de la Sierra a las novias ya comprometidas antes de la boda. Los mandamientos son 10 a diferencia de los Sacramentos que son 7 y aunque tienen algunos versos iguales en la introducción la mayoría son diferentes, particularmente los mandamientos en sí.
Sirvieron también para obsequiar con ellos los mozos a sus mayas, en la noche del 30 de abril al 1º de mayo, después de cantados Los Mayos...
ROMANCE COMPLETO DE LOS MANDAMIENTOS
De paso en pasito vengo
Acercándome a tu puerta;
Lo que te ruego y suplico
Estés un rato despierta.
Los mandamientos de amor,
Niña, te vengo a cantar,
Si estás atenta un momento
Y los quieres escuchar.
Con licencia de la maya
Y ayuda de compañeros,
Empezaremos cantando
De la ley los mandamientos.
En el primer mandamiento,
Me mandan de que te ame;
Más que a mi vida te quiero,
Aunque la vida es amable.
En el segundo, he jurado
Y he dado mil juramentos,
De no olvidarte jamás
Ni sacarte de mi pecho.
En el tercero, en la Misa
No estuve con devoción,
Pues te pusiste delante,
Quitándome la atención.
En el cuarto, les perdí
A mis padres el respeto,
Sólo por venir a verte,
En público y en secreto.
En el quinto, no he matado
A ninguno, prenda mía;
Si otro galán te quisiera,
Entonces no sé qué haría.
En el sexto, no he gozado
Mujer, en toda mi vida;
Sólo te deseo a tí,
Resalada, prenda mía.
En el séptimo, no he hurtado
La cosa más chica a nadie:
Sólo les quisiera hurtar
La voluntad a tus padres.
En el octavo, no miento
Ni he sido falso testigo.
Como suponen de mí
Si me ven hablar contigo.
En el nono, no he deseado
Jamás ajena mujer,
Sólo te deseo a tí
Y a tí sola he de querer.
No desearé, salada,
En este mundo los bienes;
No hay más bienes en el mundo
Corno la sal, que tú tienes.
Niña, estos diez mandamientos
Son compuestos para amar,
Y aunque me cueste la vida,
Contigo me he de casar.
Al final del canto de Los Mandamientos, se acostumbraba cantar igualmente a la moza a quien se obsequiaba con ambos romances, la siguiente copla, en cuyo final del primer verso, se incluía su nombre, indicándosele también al comienzo de los versos tercero y cuarto, respectivamente, el nombre y apodo del cantador, cuando éste era en persona el obsequiante, o, en caso contrario, los del mozo, por cuyo encargo se le cantaba. Véase la copla:
Si quieres saber “fulanta”
Quién ha mandado cantar,
“fulatino” le llaman por nombre,
“Menganito” por el lugar

Partitura de los Mandamientos (versión Tramacastilla)
Estos Mandamientos son la versión Tramacastilla, similar a la de Noguera. Si sabes la versión de Noguera, escribenos a nogueranaturalmente@gmail.com
Veamos también la versión de Torres:
Para explicarle a mí bien.
Lo que peno y lo que siento,
Licencia os pido, señora,
Con humilde rendimiento.
Mas, con rendimiento humilde,
Si vos no la queréis dar,
Callará mi triste pecho,
Por no causaros pesar.
Pesar no le he de causar,
Y en su piedad yo confío,.
Y supuesta ha la licencia,
Quiero pintarte, bien mío.
Bien sé que para pintarte,
Será muy fino el rosero;
Voy a pedirle color
A abril, a mayo y al cielo.
El galán que ha de cantar
A la reja de esta dama,
Levante la voz un poco,
Que tiene larga la cama.
Si tiene larga la cama,
Que la traiga aquí, aja. puerta,
Que el galán que ha de cantar,
Tiene la voz muy pequeña.
Si tiene la voz pequeña,
Que encomiende una trompeta,
Que no es razón que la dama
Traiga la cama a la puerta.
Si no es razón que la dama,
Traiga la cama a la puerta,
Tampoco será razón
Que el galán traiga trompeta.
Si quieres oír, mi dama,
Los Mandamientos cantar,
Estáte atenta un ratito,
Los oirás explicar.
El primero de esta rosa,
Es un hermoso jazmín;
Amar a Dios, porque, al fin,
Es sobre todas las cosas.
El segundo de esta rosa,
Se convierte en palo amargo;
Con esto te advierto a ti,
Que no lo jures en vano.
El tercero de esta rosa,
Le llaman la violeta,
Por ser la rosa escogida,
Que es santificar las fiestas
En el cuarto te daré
Un lirio, porque te cuadre,
Y en ausencia y en- presencia,
Honres a tu padre y madre.
La flor del melocotón
Pongo en el quinto lugar;
No mates, que sólo
Dios Tiene esa facultad.
La rosa de Jericó
Pongo en el sexto lugar;
Que te apartes de los vicios
Y vivas en castidad.
En el séptimo te doy
La flor de la maravilla;
Que no hurtes nada a nadie,
Que en riesgo pones tu vida.
En el octavo te doy
Una sarta de madroños;
Que no mientas ni levantes
Ningún falso testimonio.
En el noveno te doy
La flor del olivo puro,
Para que nunca desees
Otro marido que el tuyo.
En el décimo te doy
El verdor de los ajenjos,
Para que tú no desees
Nunca los bienes ajenos.
Niña, estos diez mandamientos
Son compuestos para amar:
Aunque me cueste la vida,
Contigo me he casar.
Ella dice que le quiere,
Y él dice que la querrá
Con amor tan fino y puro,
Que jamás se olvidará.
Fuente:
Colección de cantos populares de la provincia de Teruel, Miguel Arnaudas, Instituto de estudios turolenses, Teruel 1982
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