miércoles, 16 de abril de 2008

Basilio, el estraperlista de Noguera


Basilio (con Boina) rodeado de Felicia, Patricio y Agustina en las Fallas.

"Sinónimo de chanchullo, intriga o negocio fraudulento, estraperlo es todo comercio ilegal de bienes sometidos a algún tipo de impuesto o tasa por el Estado..." (Definición de Wikipedia)

Durante la posguerra española, se denominó “estraperlo” al comercio ilegal (mercado negro) de los artículos intervenidos por el Estado o sujetos a racionamiento decretado por el régimen de Franco desde 1936 hasta 1952, recibiendo el apelativo de estraperlistas los que se dedicaban a tal comercio.

La cartilla de racionamiento se componía de una serie de cupones con los que se podía adquirir 'determinadas' raciones de 'ciertos' alimentos en los establecimientos controlados por la Administración durante un 'período de tiempo' fijado. Demasiados condicionantes para acallar los estómagos vacíos de una población azotada por el hambre. Todo dependía de las existencias del país. La escasez generó una economía de trueque. Casi todo funcionaba mediante el intercambio de productos.

Los años de la posguerra española fueron especialmente duros para la población en general. A la represión política había que añadir la escasez y carestía de los alimentos y demás productos de primera necesidad. El estraperlo supuso la aparición de nuevas fortunas conseguidas con tal venta ilegal de productos pero también lo practicaban a pequeña escala personas sin oficio ni beneficio obligados a “buscarse la vida” por la miseria y falta de trabajo.
Basilio Polo, fue el estraperlista más famoso de Noguera. Nacido en Noguera, se vio obligado como tantos otros a emigrar a Valencia huyendo de la miseria de la postguerra. Su cuerpo menudo le hacía poco a atractivo para los contratistas de Sagunto que elegían a dedo jornaleros más fornidos en el puerto.

Empujado por la necesidad y un caracter “echado p’alante”, Basilio tuvo que agudizar el ingenio dedicándose a la peligrosa actividad de comerciar a pequeña escala con productos de primera necesidad como alimentos y utensilios de casa.

Basilio compraba productos en Valencia, los transportaba en tren hasta Teruel y desde allí en autobús a Noguera donde los vendía en un tenderete o por encargo a los vecinos y de vuelta a Valencia transportaba productos comunes en Noguera para venderlos a sus contactos valencianos.

Basilio traía de Valencia algún alimento, tabaco, golosinas, telas, medicamentos, utensilios de casa, etc. y llevaba a Valencia harina, garbanzos, huevos, nueces, lana y algún otro producto abundante en el pueblo según la estación.

En los trenes se solía registrar las maletas en busca de estraperlo, pero Basilio traía tan poca que la escondía entre sus enseres y el la propia ropa que llevaba puesta. Cuentan que para evitar los controles de la estación de Valencia, cuando el tren estaba cerca del destino, Basilio arrojaba su mercancía a la vía donde, con ayuda de algún amigo, la recuperaba horas más tarde. Otras veces se arrojaba el mismo del tren en marcha. Y alguna vez, hasta tenía que pagar un "peaje de paso" a un guardia por hacer la vista gorda.

Terminado el periodo de racionamiento en 1953, Basilio continuó con la venta ambulantes en tre Valencia y Noguera por dos décadas más.

Los más mayores del lugar le recuerdan vendiendo turrón y otras golosinas en la plaza de la Iglesia durante las fiestas taurinas de San Miguel o con su tenderete de comidas y objetos de cocina valencianos en la carretera junto a la casa de Ricardo.

Lejos de hacerse rico, Basilio arriesgó su libertad y algún que otro hueso roto, simplemente por sobrevivir y dar de comer a su familia, ayudando a paliar las necesidades de gente humilde como él en Valencia y en Noguera.

En la foto que sigue, de izquierda a derecha, Juan Pérez Pascual, Juan Pérez, Basilio y Pilar.





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