Leyenda de brujas: La esposa triste

Antiguamente en Noguera, existía la tradición de que durante los meses de invierno, los hombres jóvenes de iban a Andalucía a recoger y moler aceituna. Estaban fuera del pueblo unos 3 meses, y durante ese tiempo no veían a sus familias y no tenían noticias suyas.

Leyenda


Era una mañana fría de otoño de hace 100 años más o menos. Al amanecer, los hombres y mujeres de Noguera se iban agrupando en Plaza de la Iglesia. Ese día iban a partir andando, como siempre hacían, hasta Andalucía para la temporada de la recogida de la aceituna.

Entre los más jóvenes, había una pareja de recién casados. Era la primera vez desde su boda, la pasada primavera, que iban a separarse. Los dos estaban muy tristes,. Ella además por partida doble. No solo se iba su marido, sino que ese año se iba también su hermano por primera vez.

Pero ella, se dio cuenta que las otras mujeres, no estaban tristes, es más se despedían de sus maridos como si fueran a verlos al día siguiente. No entendía como no lloraban como ella.
Cuando ya se marcharon, ella se fue llorando por la calle Mayor hacia su casa, pero se le acercó una amiga, que le dijo:

-Pero ¿Por qué lloras tanto?, si solo van a ser tres meses.

-Ya lo sé, pero es la primera vez que me separo de mi marido y de mi hermano y estoy muy triste, porque no los voy a ver, y no voy tener noticias suyas.

-No te preocupes por eso, ven el próximo viernes a mi casa después de cenar y te enseñaré algo.

La semana paso larga y triste, pero por fin llego el viernes y ella impaciente cenó pronto y se preparó para ir a casa de su amiga, no sabía que iba a pasar, pero tenía alguna esperanza, aunque no sabía ni de qué.

Cuando llegó a casa de su amiga, se encontró que casi todas las mujeres que tenían a sus maridos fuera estaban allí. Todas estaban muy contentas, riendo y haciendo bromas. Por fin su amiga, se dispuso a explicarle que hacían todas las mujeres en su casa:

-Verás, le dijo, nosotras todos los viernes, nos reunimos aquí y nos vamos a ver a nuestros maridos.

Ella, la miró incrédula,

-Si, y tu también lo podrás ver esta noche. Solo tienes que hacer lo mismo que vamos a hacer nosotras, le lo voy a explicar.

-Tenemos un ungüento especial, que yo preparo, que cuando te lo pones se produce un hechizo y te conviertes en pájaro, y así podemos volar hasta donde están nuestros maridos, Ellos no nos pueden ver, pero nosotros a ellos sí.

Ella seguía sin creérselo, pero su amiga continuó

-Solo hay dos reglas, la primera es que te tienes que dar el ungüento por todo el cuerpo y para eso tienes que estar desnuda y la segunda y la más importante, es que no debes, bajo ningún concepto decir ni pensar el nombre de Dios, si lo haces el hechizo de deshará.

Ella seguía incrédula, pero vio que todas las mujeres, muy contentas, se empezaban a desnudar sin ningún pudor, se notaba que lo habían hecho muchas veces. Ella también lo hizo, su amiga saco el ungüento y todas empezaron a frotarse el cuerpo unas a otras.

Poco a poco, todas se fueron convirtiendo en pájaros, ella también. Cuando estuvieron listas, empezaron el vuelo, a las pocas horas, ya estaban en el pueblo, donde sus maridos estaban, unos recogiendo aceituna y otros en el molino, moliendo la aceituna para sacar el aceite.




Cada una voló buscando donde se encontraba su marido, y entonces ella los vio, estaba los dos juntos, su marido y su hermano, en el molino, junto con otros hombres, moliendo aceituna, así que junto con otros pájaros se posó en la ventana abierta.

Al verlos, tan bien a los dos y a su marido tan guapo, pensó: ¡Ay, Dios mío!.... En ese momento, se rompió el hechizo y cayó desnuda sobre las piedras del molino.

Su marido y su hermano se quedaron sin palabras, sintieron una gran vergüenza, todos los hombres estaban viendo a su mujer y a su hermana desnuda sobre las piedras del molino……….

Cuenta mi abuela, que fue tan grande la vergüenza que sintieron, que nunca mas volvieron a Noguera.

Esta historia, me la contó mi abuela Miguela Polo, madre de Amalia, ella me dijo que conocía a la gente a la que le pasó...

Leyenda narrada por Pilar Molada.