viernes, 24 de agosto de 2007

El pastoreo: Crónica de una muerte anunciada.

Miguel (retirado) y Fernando: dos generaciones de pastores
Una de las actividades más arraigadas y tradicionales de Noguera y la Sierra de Albarracín es el pastoreo ovino y caprino.


Hechos históricos

A principios de siglo XX más de la mitad de la población tenía ovejas en mayor o menor cuantía y varias decenas de familias Vivían exclusivamente de esta actividad. La guerra frenó esta actividad en seco pero durante la posguerra la actividad se recuperó considerablemente, no tanto en número de pastores como en cabezas.
Sin embargo, en la última década los ganaderos ovinos han ido disminuyendo aceleradamente, bien por jubilaciones y falta de interés de sus descendientes por el oficio, bien por el abandono de la profesión debido a la dureza del trabajo y a las dificultades económicas por las que atraviesa el sector.

En el momento presente, quedan tan solo 2 propietarios ganaderos que a la vez son los pastores dando empleo a varios miembros de las propias familias. Ambas ganaderías, que pertenecen que a familias emparentadas, tienen entre 6.000 y 7.000 cabezas un 98% ovejas y el resto cabras.

De El Pastoreo


La vida de un pastor de Noguera



Uno de estos pastores, Fernando, con 50 años y soltero y propietario de 1.300 ovejas nos cuenta que su trabajo le ocupa desde el amanecer hasta la noche. Cada día del año que el tiempo lo permite, Fernando sale con sus ovejas a pastorear dado que los piensos son muy caros y los pastos en Noguera suelen ser abundantes y proporcionan una alimentación más sana. La mayor parte del año su ganado pernocta en naves o parideras como las llaman aquí. En verano, cuando escasean los pastos cercanos se alejan más del pueblo y se ven obligados a pernoctar con las ovejas para que no se metan en los sembrados, etc.
Miguel, un pastor jubilado que nos acompañaba, nos regaló un refrán de pastores:
"La vida del pastor
Es muy triste de contar
Loma arriba y loma abajo
Con un corrusco de pan"





La evolución de la profesión en los últimos 25 años:
  • El uso de vehículos para el pastoreo, lo que permite al trabajador regresar a su casa para las comidas y para dormir.
  • La disponibilidad de diagnósticos de enfermedades y medicinas más efectivas
  • La disponibilidad de piensos industriales aunque caros
  • Mejores instalaciones para el mantenimiento de los animales, lo que evita, entre otras cosas, la necesidad de la transumancia en invierno.



El hecho económico



Considerando la cantidad de trabajo y el costo de los piensos, la situación económica es precaria.
  • Los ingresos provienen casi exclusivamente de la venta de corderos. Los corderos con 3 meses de vida se venden actualmente por 60 Euros
  • La lana se paga tan baja (15 céntimos de Euro por oveja, aproximadamente) que no compensa ni el costo de esquilarlas
  • lo mismo se puede decir del ciemo que en otros tiempos se pagaba bien para ser usado como abono.
  • El resto de los ingresos provienen de las subvenciones que son de dos tipos. Una histórica que paga 12 Euros por cabeza y es para siempre y otros 12 Euros provenientes de fondos europeos que en la actualidad están disminuyendo a favor de los nuevos países que han ingresado en la Unión Europea.
Los perros pastores


El trabajo de estos pastores no sería posible sin la ayuda impagable de los perros. Fernando nos cuenta con admiración las bondades de sus perros. Ellos llevan el trabajo duro de dirigir por los caminos y mantener el ganado unido durante el día y cuidarlos por la noche enfrentándose a los depredadores y alertando al pastor de los peligros. En su celo de mantener el orden además de ladrar llegan a morder a las ovejas por lo que los pastores tienen que arrancarles los colmillos para que no causen heridas al ganado.
Pero la labor de los perros no se limita al cuidado de las ovejas. Son también un amigo fiel y compañero de por vida capaces de dar la vida por sus amos. Fernando nos cuenta con emoción una anécdota de uno de sus perros. Hace 2 años aproximadamente otro pastor del pueblo, Ángel, vendió sus ovejas a un ganadero valenciano y con ellas entregó uno de sus perras de nombre Sultán. La otra perra, Canela, se quedó con Fernando pastoreando en Noguera.



Sultán

Sultán fue trasladada en camión junto con las ovejas hasta, Ademuz (Valencia) pueblo que dista más de 100 Km. de Noguera. Pero la perra no se adaptó a su nueva tierra, a pesar de que las ovejas y el trabajo continuaban siendo los mismos, y regreso a Noguera caminando durante 6 días (¡Y sin GPS!) para reunirse con su dueño . Tras unos días sin hacer nada y viendo que su dueño ya no le necesitaba en su nuevo trabajo de restaurador, Sultán se unió voluntariamente a Canela para trabajar en el pastoreo con el ganado de Fernando.


Ángel y Fernando, pastores de Noguera

Conclusión


Dadas las circunstancias, Fernando cree que este tradicional oficio se estima que desaparecerá antes del final de esta década y con ella una profesión y una forma de vida. Y las consecuencias serán posiblemente estas:
  • Los pastores cambiarán de oficio y, posiblemente, tengan que emigrar a una ciudad donde la soledad es más negra que una noche de luna nueva, donde solo se ven las estrellas por la tele, donde el tiempo se mide por los días que quedan para pagar la hipoteca, donde la lechuga es de plástico, donde nadie dará la vida por ti por un plato de comida, donde las historias de pastores solo se cuentan en Internet...
  • Sus pueblos, perderán otro vecino, otra fuente de ingresos, otra forma de vida, otra tradición, otra razón de ser, otra esperanza de seguir siendo pueblo...
  • Comeremos animales clónicos alimentados intensivamente en granjas industriales con piensos supercompuestos, donde no necesitan ni pastores, ni a sus canes, ni morrales, ni bastones, ni historias centenarias....
  • Y los perros pastores, también se quedarán sin oficio y, como Sultán, tendrán que buscar a sus dueños en ciudades llenas de pisos de 40 m2 y de un millón de pesetas por m2. Lástima que en las ciudades ni el recuerdo ni el olor de sus dueños sobre el asfalto les conducirán hasta ellos...
Una pérdida irreparable en lo económico, en lo social y lo cultural.... Otra lástima.







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