viernes, 24 de agosto de 2007

La historia de Sultán, una perra pastora.



El trabajo de estos pastores no sería posible sin la ayuda impagable de los perros. Fernando, un pastor de Noguera, nos cuenta con admiración las bondades de sus perros. Ellos llevan el trabajo duro de dirigir por los caminos y mantener el ganado unido durante el día y cuidarlos por la noche enfrentándose a los depredadores y alertando al pastor de los peligros. En su celo de mantener el orden además de ladrar llegan a morder a las ovejas por lo que los pastores tienen que arrancarles los colmillos para que no causen heridas al ganado.

Pero la labor de los perros no se limita al cuidado de las ovejas. Son también un amigo fiel y compañero de por vida capaces de dar la vida por sus amos. Fernando nos cuenta con emoción una anécdota de uno de sus perros. Hace 2 años aproximadamente otro pastor del pueblo, Ángel, vendió sus ovejas a un ganadero valenciano y con ellas entregó una de sus perras de nombre Sultán. La otra perra, Canela, se quedó con Fernando pastoreando en Noguera.

Sultán fue trasladada en el maletero de un coche hasta, Ademuz (Valencia) pueblo que dista más de 100 Km. de Noguera. Pero la perra no se adaptó a su nueva tierra, a pesar de que las ovejas y el trabajo continuaban siendo los mismos, y regresó a Noguera caminando durante 6 días (¡Y sin GPS!) para reunirse con su dueño . Tras unos días sin hacer nada y viendo que su dueño, Ángel, ya no le necesitaba en su nuevo trabajo de restaurador, Sultán se unió voluntariamente a Canela para trabajar en el pastoreo con el ganado de Fernando.




Angel y Fernando, ex-pastor y pastor.

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